"EL REINO DE DIOS es como un hombre que echa la semilla en la tierra" Mc 4, 26-34

Pilar Algarate 16 de Junio de 2024

Lecturas del Domingo XI del Tiempo Ordinario:: Ezequiel 17, 22-24; Salmo 91; 2 Corintios 5, 6-10; Marcos 4, 26-34

Lectura del Evangelio Marcos 4, 26-34

En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “El Reino de Dios se parece a lo que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra: que pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por sí sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas. Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha”.

Les dijo también: “¿Con qué compararemos el Reino de Dios? ¿Con qué parábola lo podremos representar? Es como una semilla de mostaza que, cuando se siembra, es la más pequeña de las semillas; pero una vez sembrada, crece y se convierte en el mayor de los arbustos y echa ramas tan grandes, que los pájaros pueden anidar a su sombra”.

Y con otras muchas parábolas semejantes les estuvo exponiendo su mensaje, de acuerdo con lo que ellos podían entender. Y no les hablaba sino en parábolas; pero a sus discípulos les explicaba todo en privado.

Palabras del papa Francisco

Las parábolas que se nos presentan en la Liturgia se inspiran en la vida ordinaria, y revelan la mirada atenta de Jesús, que observa la realidad y, mediante pequeñas imágenes cotidianas, abre ventanas hacia el misterio de Dios y la historia humana. Jesús hablaba en un modo fácil de entender, hablaba con imágenes de la realidad, de la vida cotidiana. Así, nos enseña que incluso las cosas de cada día, esas que a veces parecen todas iguales y que llevamos adelante con distracción o cansancio, están habitadas por la presencia escondida de Dios, es decir, tienen un significado. Por tanto, necesitamos ojos atentos para saber “buscar y hallar a Dios en todas las cosas”.

Jesús compara el Reino de Dios, esto es, su presencia que habita el corazón de las cosas y del mundo, con el grano de mostaza, la semilla más pequeña que hay: es pequeñísima. Sin embargo, arrojada a la tierra, crece hasta convertirse en el árbol más grande (cf. Mc 4,31-32). Así hace Dios. A veces, el fragor del mundo y las muchas actividades que llenan nuestras jornadas nos impiden detenernos y vislumbrar cómo el Señor conduce la historia. Y sin embargo Dios está obrando, como una pequeña semilla buena que silenciosa y lentamente germina. Y, poco a poco, se convierte en un árbol frondoso que da vida y reparo a todos. También la semilla de nuestras buenas obras puede parecer poca cosa; mas todo lo que es bueno pertenece a Dios y, por tanto, humilde y lentamente, da fruto.

Con esta parábola Jesús quiere infundirnos confianza. El Evangelio nos pide una mirada nueva sobre nosotros mismos y sobre la realidad; pide que tengamos ojos grandes que saben ver más allá, especialmente más allá de las apariencias, para descubrir la presencia de Dios que, como amor humilde, está siempre operando en el terreno de nuestra vida y en el de la historia.

Y esta es nuestra confianza, es esto lo que nos da fuerzas para seguir adelante cada día con paciencia, sembrando el bien que dará fruto. Cultivar la confianza de estar en las manos de Dios y, al mismo tiempo, esforzarnos todos por reconstruir y recomenzar, con paciencia y constancia.

(13 de junio del 2021)

Preguntas para la Reflexión

- ¿Cómo puedo identificar la presencia del Reino de Dios en mi vida diaria?.

- ¿De qué manera mis acciones pueden contribuir al crecimiento del Reino de Dios? Piensa en pequeños gestos de bondad y amor que pueden tener un gran impacto.

- ¿En qué aspectos de mi vida necesito preparar un “suelo fértil” para que la palabra de Dios crezca y dé fruto?.

- ¿Cómo puedo mantener la paciencia y seguir rezando por el crecimiento del Reino, especialmente cuando los resultados no son inmediatos?.

Oración

Señor, Tú que haces germinar la semilla en lo oculto de la tierra y la nutres con la lluvia y el sol, haz que la semilla de tu Palabra caiga en tierra fértil en nuestros corazones.

Que, al igual que el grano de mostaza, nuestra fe pueda empezar pequeña pero crezca hasta convertirse en un refugio para todos los que buscan tu amor y tu verdad.

AMEN

#evangeliodeldía #EvangeliodeHoy
DESCARGAR MARCAPÁGINAS
Volver