"El que cree tiene vida eterna" Jn 6, 41-51

Pilar Algarate 11 de Agosto de 2024

Lecturas del Domingo XIX del Tiempo Ordinario: Primera lectura: 1 Reyes 19, 4-8; Segunda lectura: Efesios 4, 30–5, 2; Evangelio: Jn 6, 41-51

Lectura del Evangelio según san Juan 6, 41-51

Los judíos murmuraban de él porque había dicho: «Yo soy el pan bajado del cielo», y decían: «¿No es este Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?». Jesús tomó la palabra y les dijo: «No critiquéis. Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré en el último día. Está escrito en los profetas: “Serán todos discípulos de Dios”. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre, a no ser el que está junto a Dios: ese ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo».

Palabras del papa Francisco

Prosigue la lectura del capítulo sexto del Evangelio de Juan, donde Jesús, habiendo cumplido el gran milagro de la multiplicación de los panes, explica a la gente el significado de aquel “signo”. Como había hecho antes con la Samaritana, a partir de la experiencia de la sed y del signo del agua, aquí Jesús parte de la experiencia del hambre y del signo del pan, para revelarse e invitarnos a creer en Él.

Nos sorprende, y nos hace reflexionar esta palabra del Señor: “Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre”, “el que cree en mí, tiene la vida eterna”. Nos hace reflexionar. Esta palabra introduce en la dinámica de la fe, que es una relación: la relación entre la persona humana, todos nosotros, y la persona de Jesús, donde el Padre juega un papel decisivo, y naturalmente, también el Espíritu Santo, que está implícito aquí. No basta encontrar a Jesús para creer en Él, no basta leer la Biblia, el Evangelio, eso es importante ¿eh?, pero no basta. No basta ni siquiera asistir a un milagro, como el de la multiplicación de los panes. Muchas personas estuvieron en estrecho contacto con Jesús y no le creyeron, es más, también lo despreciaron y condenaron. Y yo me pregunto: ¿por qué, esto? ¿No fueron atraídos por el Padre? No, esto sucedió porque su corazón estaba cerrado a la acción del Espíritu de Dios. Y si tú tienes el corazón cerrado, la fe no entra. Dios Padre siempre nos atrae hacia Jesús. Somos nosotros quienes abrimos nuestro corazón o lo cerramos.

En cambio la fe, que es como una semilla en lo profundo del corazón, florece cuando nos dejamos “atraer” por el Padre hacia Jesús, y “vamos a Él” con ánimo abierto, con corazón abierto, sin prejuicios; entonces reconocemos en su rostro el rostro de Dios y en sus palabras la palabra de Dios, porque el Espíritu Santo nos ha hecho entrar en la relación de amor y de vida que hay entre Jesús y Dios Padre.

Y ahí nosotros recibimos el don, el regalo de la fe.

(9 de agosto de 2015)

Preguntas para la Reflexión

- ¿Qué me dice Dios a través del texto?.

-¿Qué significa pan de vida?.

-¿Qué le dices a Dios gracias a este texto?

-¿A qué te compromete el texto?

Oración

TÚ ERES, SEÑOR, EL PAN DE VIDA:

Pan, para los fuertes,

Pan, para los desanimados,

Pan, para los jóvenes,

y para los mayores y niños.

TÚ ERES, SEÑOR, EL PAN DE VIDA:

nos fortaleces en la debilidad,

nos animas en la adversidad,

nos llenas el alma de vida, nos haces como niños ante Dios.

TÚ ERES, SEÑOR, EL PAN DE VIDA: cuando caemos, nos levantas,

cuando tropezamos, nos enderezas, cuando caminamos, nos orientas.

TÚ ERES, SEÑOR, EL PAN DE VIDA:

para ser fuertes y valientes, para ser tus testigos en nuestro mundo,

para amar, aunque nos cueste, para saber vivir al servicio de los demás.

AMEN

#evangeliodeldía #EvangeliodeHoy
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