"El mensaje de las espada" o saber que la fuerza no conquista el amor

25 de Noviembre de 2024

Este 25 de noviembre, con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia de Género, reflexionamos a través de otro de las cuentos que nos trae Alejandro Illescas, "El mensaje de la espada", Alejandro nos dice que tenemos prisa y no sabemos pararnos a escuchar, a leer, a descifrar el mensaje. Hemos oído la leyenda y se nos desata la imaginación. Nos sabemos dueños de la verdadera espada, del verdadero mensaje; creemos entender la vida, lo que es ser un hombre de verdad…

Pero espera un momento. Reflexiona. Contempla al menos la espada que tienes ya en la mano. Lee el mensaje grabado en su hoja brillante. Entérate por ti mismo. No te dejes llevar por las apariencias, por tus instintos. Es posible que la espada no sea para dominar, para lanzarse a la guerra, sino para evitarla. La sexualidad no es un arma para conquistar, es una herramienta de amor para compartir y dar vida.

En tiempos de guerras entre los reyes sarracenos, corrió de boca en boca la leyenda de que quien se apoderara de la espada Asharaf, ejercería un dominio absoluto sobre todas las tierras del Islam.

Apoderarse de la espada no era empresa fácil. Había que descubrir primero dónde estaba, llegar hasta el lugar y hacerse con ella en competencia a muerte, ya que todos los reyes anhelaban poseerla. Nadie escatimaba fuerza ni ingenio para llegar a poseer la espada triunfadora.

Tras muchas peripecias, uno de los reyes logró hacerse con ella. Se aseguró de que era la auténtica espada Asharaf e inmediatamente se lanzó al campo de batalla para sojuzgar a los demás reyes. Se sabía invencible, y estaba impaciente por ejercitar el poder que le concedía la espada.

Sin embargo, no le salieron las cosas como esperaba. En la primera y apresurada batalla a que se lanzó, fue derrotado, y él mismo murió en la lucha, atravesado por la propia espada que él estaba seguro que le daría la victoria. Murió con una mueca de sorpresa en los labios, como si preguntara cómo podía haber sucedido aquello. Si esa era la auténtica espada Asharaf, ¿cómo le había traicionado en su primer encuentro?

La misma sorpresa se dibujaba en el rostro de los vencedores, que sacaron con cuidado la ensangrentada espada y la examinaron con precaución. No fue difícil explicar el enigma. Una vez limpia de sangre, la espada reveló en su hoja, de arriba a abajo, en filigrana vertical, una inscripción artística muy clara que cualquier árabe podía leer al instante. La inscripción decía: "No luches nunca con la espada. En paz y concordia se unirán tus hermanos a ti".

Ese era el mensaje de la espada Asharaf. Su nuevo dueño lo entendió, renunció a la lucha, emprendió el camino de la paz y los demás reinos se unieron a él en unidad y fraternidad.

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