El encuentro con el otro restituye la dignidad

Cáritas Madrid 30 de Octubre de 2015

Hacer silencio, escuchar, ser peregrino... Encuentro de Voluntarios de Cáritas Vicaría II.

Hacer silencio, escuchar, ser peregrino... Encuentro de Voluntarios de Cáritas Vicaría II.


Cáritas Madrid. 30 de octubre de 2015.- Con la presencia y sabiduría vivencial envuelta en una mirada creyente, Agustín Rodríguez Teso, parroco en la Cañada Real y en San Fermín,  compartió con más de 300 voluntarios un delicioso relato de vida, aprovechando el Año de la Misericordia, para darnos unas claves que nos ayuden no solo a ser mejores personas, sino a ser más felices. La idea es buscar caminos de significado y sentido que nos impidan rompernos en nuestros compromisos ya sea por queme o cansancio, ya sea por perdida de sentido y referencias de por qué hago lo que hago. El año de la Misericordia nos puede suscitar alarmas no solo porque caigamos en la moda de ejecutar obras de misericordia sin más, que lo hagamos sin dignidad hacia el otro desde no entregar nuestra vida día a día y caigamos por tanto en la actitud no misericorde que humilla al otro desde un pretendido hacer el bien al hermano que está tirado en la cuneta de la vida. Atención con caer en la tentación de disfrazar de acciones de misericordia para ser más creíbles. No se trata de entrar en un juego de credibilidades facilonas.



Para ello, Agustín nos propone:


- El silencio: "¡¡ Callate !!, escucha al otro porque tú no te lo sabes todo"...¿ Cómo conjugar el silencio con el ruido y la exigencia de los pobres que esperan ser atendidos en la cola del despacho parroquial? Porque a ver cómo hacemos silencio cuando la persona viene y nos pide, exige y hasta se encara con nosotros para que la demos. Lo primero,callarnos y escuchar. "¿Cómo estás ?" "Bien, pero.., ¿tienes tiempo para escucharme?" Vamos con prisas y enseguida sacamos los papeles para apuntar datos y ofrecer recursos. Parate; escucha; deja que el otro te cuente, que detrás de la petición de pagarle el recibo de la luz hay un relato que contar y escuchar.No es fácil, nadie dice que lo sea. Pero hagamos silencio, escuchemos... No des nada por sentado. Un silencio también para escucharnos a nosotros mismos y preguntarnos, ¿ qué me digo a mí mismo de mí ?¿Dónde están mis capacidades, mis motivaciones y mis trampas en lo que hago y represento? ¿Nos paramos a acoger nuestras miserias? Porque podemos vivir la gran contradicción de ser misericordes con "mis pobres " (expresión que se nos escapa y tela con lo que tiene de significado..) e inmisericordes en el grupo de voluntariado, en casa, etc.. Cuidado con los juegos de poder que nos diseñamos en nuestro voluntariado. Porque el pobre es tan digno como yo, ni más ni menos. Hagamos silencio y escuchemos.


- Ser peregrinos : Ser peregrino es romper la lógica del turista, de ese folklore colectivo cuando viajas que para eso no hace falta organizar la peregrinación. Haciendo una reseña histórica,en el Imperio Romano se iban asentando las primeras Comunidades Cristianas desde la sangre de los mártires.Y sobre el lugar del martirio, se iban edificando iglesias para celebrar la fe.Cuando el cristianismo pasó a ser religión oficial, esto del martirio se acaba y los cristianos de la época discernieron cómo seguir construyendo la Iglesia de forma distinta.Surgió la idea del exilio: yo me exiliaba y desde ese nuevo lugar, daba testimonio de fe donde otros cristianos celebran su fe.Así comienzaba el itinerario del peregrino, que no es el del turista que viaja para conocer o disfrutar.El peregrino añade su testimonio y recorre un camino contemplativo. La experiencia del peregrino es  la de Cáritas: caminar de forma contemplativa de igual a igual junto a la persona que acompaño.Y desde ahí vivir la gratuidad de la experiencia gozosa de Dios en ese compromiso. Eso restituye dignidad.Eso es practicar la misericordia desde los ojos de Dios y las entrañas de Jesús.

¿A "qué lugares " voy de peregrino? La realidad del otro como lugar de peregrinaje del voluntario de Cáritas.


En la compleja realidad actual, practicar la misericordia, es sintonizar que la economía tiene que ver con la dignidad humana; la propia intervención social, incluída la de Cáritas, es revisable también desde la misericordia de Dios.En defintiva, se trata de ir trabajando nuevos horizontes donde poder respirar; no hemos nacido para ir de tirandillo por la vida, hemos nacido para vivir. No consiste en acabar en una perfección que no existe.Consiste en acoger y abrazar la realidad como me viene y convivr con ella porque no podemos prescindir de lo humano, a estar en comunión con una realidad profunda que muchas personas no creyentes no ponen nombre pero que también como nosotros tienen y viven en su interior; al revés, Cristo incorpora a su divinidad todo lo humano. No es espiritualizar nuestro lenguaje, sino hacerlo entendible, porque si no, no podremos acompañar. Por consiguiente, el encuentro sincero con el otro, desde el silencio como ausencia de tantas cosas que nos molestan y deshumanizan, la escucha de realidades que quizá no me gustan o que ya tengo determinadas a priori, junto con el ser peregrino buscador de felicidad, desde la relación con Dios ( esto es la mística), es lo que restituye la dignidad de la vida rota, aunque luego esa vida digna finalmente la persona no la consiga. Como se nos dice en la Sagrada Escritura: " El ayuno que Dios quiere es éste: que se abran las prisiones injustas,que se liberen los oprimidos, partir tu pan con el hambriento,hospedar a los pobres sin techo, vestir al que ves desnudo y no encerrarte a tu propia carne". DAR CON DIGNIDAD. Que merece la pena entregar la vida como Jesús, y descubrir por qué merece la pena entregarla. Eso estamos llamados a descubrir los cristianos y los voluntarios de Cáritas. Atrevámonos. Está en juego nuestra felicidad.

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