La cuchilla de ebanista de Anastasio, un sacramento de amor a su profesión
1 de Octubre de 2024Hay un bastón y una cuchilla de ebanista que nos llevan a un oficio casi olvidado al que Anastasio ha dedicado cincuenta años de su vida: el de restaurador y barnizador de muebles de madera. Nos dice Anastasio que “los muebles de ahora ni se restauran, todo es conglomerado”. Esa cuchilla tiene para él el olor a la madera que lijaba y el olor, fuerte y pegajoso, del barniz con el que cobraban vida los muebles. Cobrar vida. Como cobra vida su oficio cuando nos habla de él. O los muebles antiguos “esos que siempre permanecerán, porque la buena madera se restaura y no envejece”. Por sus manos han pasado muchos muebles “de los que duran toda la vida”. Algunos de ellos están en su antigua casa; otros seguirán adornando salones y entradas; y otros, incluso, siguen siendo objeto de miradas curiosas en el Museo Naval de Madrid.
Anastasio, hijo de pequeños ganaderos de la sierra de Toledo, llegó a Madrid a buscarse la vida y entró en un taller de restauración de muebles de madera como aprendiz. Esa fue su profesión, su modo de vida, su forma de ser el sustento de su familia.
Por eso la cuchilla que nos enseña es un sacramento de amor su profesión. Todavía la lleva consigo y la usa para restaurar los bastones de sus compañeros en la residencia, donde aguantan el peso de los años, donde se apoyan para seguir caminando.