Desde mi rincón: "Porque de ellos es el reino de los cielos"
7 de Junio de 2024Por Santos Urías
Pide en la puerta de un supermercado. No necesita mucho: cada día una pequeña cantidad para sus gastos esenciales. Todo lo demás se hace carga en la mochila y peso innecesario. Esa mañana Cáritas nos habíamos echado a la calle para hacer presencia: tantos voluntarios y voluntarias, oxígeno de nuestra sociedad, verdaderos “santos de la puerta de al lado”, también con sus pobrezas, pero con un corazón sensible y generoso. Él, en la entrada del supermercado, ejercía su rutina sonriente y vivaz (también hay que servir para buscarse la vida). A media mañana ya había cumplido sus objetivos, pero ese día siguió abordando a la gente con esa amabilidad y esa soltura que sólo te da la calle. Al final, recuento de ganancias. De forma inesperada se acercó a la mesa de Cáritas a coger un caramelo y, después de separar lo esencial del día, puso en una hucha una buena cantidad con todo lo demás que había recaudado.
Muchos dan de lo que les sobra, él también; porque ha entendido que no necesita tanto para ser feliz; y que en el compartir, en una sonrisa, en un abrazo, en un buenos días, se esconde la verdadera bienaventuranza.