Del Pantano de San Juan a Laudato si': así apredemos a cuidar el planeta

Cáritas Madrid 9 de Julio de 2019

Los menores y las familias que acuden al Centro Educacional Santísima Trinidad de Cáritas Vicaría II han realizado una excursión al Pantano de San Juan con la que han aprendido la necesidad de cuidar nuestro entorno, tal y como nos ha pedido el papa Francisco en su encíclica más ecológica: Laudato si'

Los menores y las familias que acuden al Centro Educacional Santísima Trinidad de Cáritas Vicaría II han realizado una excursión al Pantano de San Juan con la que han aprendido la necesidad de cuidar nuestro entorno, tal y como nos ha pedido el papa Francisco en su encíclica más ecológica: Laudato si'.


Cáritas Madrid. 9 de julio de 2019.- Los chicos y chicas del Centro Educacional Santísima Trinidad de Cáritas Diocesana de Madrid, sus familias y los monitores y voluntarios con los que trabajan y se divierten durante todo el año han salido por un día de la ciudad para realizar una convivencia muy especial. Este proyecto de atención socio educativa a menores y a sus familias, que ha cumplido dos años, ha realizado la primera excursión fuera del centro, en el Pantano de San Juan, con la que han celebrado la creación de una gran familia en torno al centro.

 

Siguiendo la línea de este curso sobre el cuidado del planeta, se buscó una actividad donde para conocer más a fondo la naturaleza madrileña. Los chicos pudieron realizar una ruta desde San Martín de Valdeiglesias hasta el Pantano gracias a Indiana Parques Naturales, con la que descubrieron la fauna y flora mediterránea. Con la ayuda de guías pudieron ver e identificar pájaros y mucha de la vegetación que había en torno al pantano. También hubo tiempo para hacer un taller con el que mayores y pequeños se entretuvieron haciendo marcos de fotos con flores, hojas y palos.

 

Durante el día también hubo tiempo para fortalecer y darnos cuenta de los lazos creados durante estos dos años de trabajo comunitario y formación en valores como el que realizamos con los ojos vendados y sentir y reconocer a los demás por el tacto, el olfato o las pisadas…

También hubo juegos para concienciarnos de la necesidad de cuidar el planeta y los recursos limitados que en él hay. A partir de un juego de cálculos llegamos a darnos cuenta de que en 2030 necesitaremos tres mundos para poder mantener el ritmo de consumo que tenemos en la actualidad. Por eso nos dimos cuenta de que podemos cambiar hábitos diarios como no tirar la ropa hasta gastarla, a cerrar el grifo para no despilfarrar el agua, a usar transporte público para evitar contaminar… y así una larga lista de consejos que, buena parte de ellos, los recoge incluso el Papa en la encíclica Laudato si’  en la que nos llama a la “conversión ecológica” .

 

Comimos en comunidad, nos mojamos los pies en el agua y pusimos broche final a un año de trabajo en grupo lleno de alegrías y esfuerzos.

 

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