De jardines y personas

Cáritas Madrid 2 de Octubre de 2015

Las habilidades sociales y hábitos saludables son prioridad en el Centro que Cáritas Madrid dedica para atender a personas con enfermedad mental expuestas a la exclusión social.

Las habilidades sociales y hábitos saludables son prioridad en el Centro que Cáritas Madrid dedica para atender a personas con enfermedad mental expuestas a la exclusión social.


Cáritas Madrid. 2 de octubre de 2015.- Cáritas Madrid, a través del Centro Nuestra Señora de Valvanera, apuesta por la integración y el desarrollo integral de las personas sin hogar que padecen enfermedades mentales graves. Una de las actividades que realiza el Centro es el Taller de Jardinería, a través del cuál los participantes colaboran de manera desinteresada en el cuidado de jardines, dentro y fuera del Centro.


Uno de los jardines que se cuidan es el de la Parroquia de Santa Matilde del barrio de Prosperidad, donde Don Luis, el párroco, nos ha acogido siempre con enorme cariño.


Al frente de este taller están Diego y Pilar, que se encargan cada semana de motivar, alentar y sobre todo acompañar a 8 personas que realizan las tareas habituales del cuidado de un jardín: limpiar hojas, quitar las malas hierbas, cuidar y plantar nuevas flores y plantas, cuidado de los árboles, etc. Recientemente se está poniendo en marcha un huerto urbano ecológico.


Este taller busca facilitar que los participantes puedan desarrollar sus capacidades: potenciar el desarrollo de roles, aumentando su autoestima y satisfacción; interaccionar con los compañeros y adquirir o recuperar hábitos ocupacionales.


Hacia la meta

Tener una ocupación permite estructurar el día, mejorar habilidades físico-motoras, reducir el estrés y la ansiedad y adquirir hábitos de trabajo en equipo. A través de este taller los participantes inician pequeñas tareas, que les permiten ir adquiriendo capacidades progresivamente, para llegar a conseguir metas de mayor envergadura.


Estas actividades en el jardín nos ayudan a comprender mejor nuestro proceso personal porque solo en terreno fértil, con agua, con luz, con el espacio necesario, puede una planta alcanzar toda su belleza.


El cuidado de las plantas nos ayuda a visualizar cómo para obtener los frutos esperados es necesario un trabajo constante y paciente. Quienes colaboran aprenden a sembrar y esperar, e incluso el sentido de plantar para que otros vean los frutos cuando llegue el momento. En Santa Hortensia descubrimos cómo el madroño que dos mujeres plantaron hace más de quince años dio frutos por primera vez.

 

Dignidad primero

Desde el centro de Nuestra Señora de Valvanera, ubicado en la zona de Puente de Vallecas, Víctor como responsable, asegura que la prioridad diaria es generar un ambiente de confianza y empatía con los usuarios porque el objetivo es que “quien viene se vuelva a sentir tratado como una persona. Muchos han estado con un sentimiento de rechazo por la sociedad tremendo”. “Las personas que acuden al centro son las que están en mayor grado de exclusión. A su condición se une que no tienen ingresos, no tienen vivienda, han vivido en albergues, en la calle o en pensiones desde hace muchos años” relata el responsable y agrega que “muchos tienen problemas de salud física, cerca de la mitad son extranjeros y un porcentaje importante están en situación administrativa irregular”.


Por lo tanto, el trabajo y los esfuerzos se dirigen a devolver el bienestar a quienes acuden a Nuestra Señora de Valvanera. Así se busca formar y reforzar las habilidades sociales, al tiempo que se cuida su salud mental y física, por eso el equipo de voluntarios y profesionales de Cáritas Madrid hace énfasis en “el tema de tomar la medicación, tener una alimentación que sea sana, el tema del sueño, el tema de los consumos de sustancias tóxicas y alcohol”, detalla Víctor.


Con 36 personas que acuden durante el día y otras 19 que viven en una pequeña residencia con la que cuenta el centro, el día a día transcurre entre el respeto y la ayuda que en Cáritas Madrid se resumen en la esperanza de retomar la sonrisa una vez perdida.

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