De generación a generación para alegrarse y adquirir sabiduría

Inspirada en la visita y el cariñoso reencuentro de la Virgen María, una mujer joven, y su prima Isabel, mujer ya de edad avanzada, ambas esperando un hijo, surge este año el lema de la III Jornada Mundial de los Abuelos y Mayores: “Su misericordia se extiende de generación a generación”.

Con él el Papa Francisco apela a la necesidad del encuentro entre generaciones de jóvenes y ancianos donde se aporten y sumen cariño y vivencias.  “El Espíritu Santo bendice y acompaña cada encuentro fecundo (…) Dios desea que los jóvenes alegren el corazón de los ancianos, y que adquieran sabiduría de sus vivencias”, nos dice el Papa.

Esta celebración nos debe ayudar también a reflexionar para no dejar solo a nuestros mayores, para valorar su experiencia y vivencias y ver en ellos, un envejecimiento activo, donde aún tienen mucho que aportar.

Esta Jornada coincide con la Jornada Mundial de los Jóvenes, dos generaciones que celebran el encuentro, ambas inspiradas en la prisa de María por visitar su prima Isabel.

Ese encuentro fructífero, cariñoso, respetuoso y alegre es el que propiciamos desde Cáritas Diocesana de Madrid, entre jóvenes y mayores. Contamos para ello con proyectos específicos donde nuestros mayores son el centro y el motor de las actividades: acompañamiento a personas mayores; centro Alonso Cano, como espacio lúdico y creativo para mujeres mayores; o la residencia de mayores “Fundación Santa Lucía”.

Estos programas contempla acompañar y asesorar a las personas mayores para, primero, evitar la soledad no deseada y el deterioro de la persona, atendiendo a sus necesidades y desde un cuidado integral; y en segundo lugar, propiciar espacios de entretenimiento y encuentro con otras generaciones para favorecer su desarrollo social, personal, emocional y cognitivo.

Estas acciones responden a la llamada de Papa en esta III Jornada Mundial de los Abuelos, de cuidar de ellos. Ya sea a través de entidades como Cáritas Madrid, animándonos a participar en su voluntariado. O a nivel personal o familiar, visitando a algún anciano, a nuestros abuelos o pidiendo por nuestros mayores. 

Porque es necesario ir con alegría al encuentro de los mayores, contarles nuestros anhelos, y escuchar de su experiencia para reconocer que, como nos dice el Papa Francisco, “gracias a ellos, el don de pertenecer a una historia más grande”. Y también para las personas mayores es necesario acoger al joven, que representa la “esperanza de que todo lo que han vivido no se perderá y que sus sueños pueden realizarse”. Porque es necesario el cuidado entre generaciones y dejarnos “plasmar por la gracia de Dios que, de generación en generación, nos libra del inmovilismo en el actuar y de los remordimientos del pasado”.

Lee completo el Mensaje del Papa Francisco por la III Jornada Mundial de los Abuelos y Mayores.

Acto de celebración en Madrid, este 23 de julio

El próximo domingo, 23 de julio, se celebrará una Eucaristía en La Almudena a las 12 horas, con motivo de la celebración de la III Jornada Mundial de los abuelos y de los mayores. 

Organizada por la delegación de Laicos, Familia y Vida, la Misa estará presidida por monseñor Jesús Vidal, obispo auxiliar de Madrid. Y se aplicará en acción de gracias por la larga vida y la entrega prestada a la familia y a la sociedad de nuestros abuelos y mayores. Además, en esta Jornada los fieles podrán ganar la indulgencia plenaria.

Se retransmitirá por Youtube en el canal del Arzobispado de Madrid.

Oración

Virgen María,
Madre de fe y de esperanza,
modelo para esta humanidad replegada por la indiferencia,
hazme disponible como Tú para aceptar la voluntad de Dios,
para proclamar y alabar su Misericordia.

María. Madre de fortaleza.
Tú que conoces mi corazón no permitas que me desaliente.
Entrego confiadamente mi vida en tus manos.
Cura mis heridas, 
Tu ternura me acompañe en mi camino.
Tu presencia, Madre de amor
nos lleve a experimentar la alegría de ver a nuestras familias unidas.
Ayúdame a transmitir la ternura y el Amor de Dios a mis nietos y a los jóvenes para que, además de rezar por ellos.
podamos rezar juntos.

Intercede por mí, María, el don del Espíritu Santo,
que me sostenga en mi debilidad;
infunda en mi corazón el consuelo
para poder dejar huellas de fe entre los jóvenes,
el testimonio de la belleza de la vida,
la certeza de que ésta tiene un límite y que más allá nos espera
el abrazo del Padre.
Amén