Cuidar los derechos humanos es también caridad

Cáritas Madrid 21 de Junio de 2017

Seguimos trabajando la Campaña de Caridad en los arciprestazgos de San Blas y Canillejas de Cáritas Vicaría II

Seguimos trabajando la Campaña de Caridad "Llamados a Ser Comunidad" en los arciprestazgos de San Blas y Canillejas de Cáritas Vicaría II.

 

Cáritas Madrid. 21 de junio de 2017.- Salir a la calle el Día de Caridad, nos implica a los de Cáritas interaccionar con la ciudadanía y fundamentar nuestro compromiso social. Esto es, pedimos dinero para sostener nuestros proyectos y servicios, y proponemos diálogo con la gente para sostener dialécticamente las razones y existencia de las acción de Cáritas. La intervención social de Cáritas se realiza con personas y familias que padecen el sufrimiento evitable, que son víctimas de la injusticia, situaciones en definitiva, donde se han vulnerado los derechos humanos y sociales, como el derecho a la vivienda, a un trabajo digno, derecho a vivir donde se quiera, etc. Por tanto, unimos y confluye la vulneración de los derechos de ciudadanía, con el compromiso de Cáritas a través de sus acciones. La Caridad se vive velando y protegiendo estos derechos que posibilitan la felicidad pública de las personas.


Con este espíritu comunitario, los voluntarios de las parroquias de Canillejas y San Blas, se convocaron en la parroquia de Santa Florentina y así, compartir de forma expresiva, mediante la silueta dibujada en cartulina de una persona fragmentada, rota, debido a la ruptura de su bienestar social por ser privada de sus derechos fundamentales, el cómo reconstruir la dignidad de esa persona desde las tareas que realizamos cada día en nuestra intervención para la transformación y el cambio social. Los voluntarios además, supieron verbalizar esa vulneración de derechos concretada en las diferentes situaciones problema que atienden.


Todo ello desde un ambiente oracional para unir espiritualidad y Vida, compromiso y Fe. Al finalizar, los voluntarios conocieron los materiales propuestos y recibieron el rito del envío, porque la Caridad no se privatiza ni se delega. Y el agente de Cáritas es consciente que salir a la calle es sentirse respaldado y recogido por toda una Comunidad Cristiana que le anima a la misión de que otro mundo es posible y urgente. Los pobres no pueden esperar. La injusticia no da tregua.

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