Cuidar la ‘Casa Común’, también en Navidad

20 de Diciembre de 2024

Desde hace días, estamos inmersos en el período del año en el que se nos somete a una mayor presión consumista. Hace años, el pistoletazo de salida de las compras navideñas estaba en el entorno de recibir la “paga extraordinaria de diciembre”. Ahora el inicio se ha trasladado a los primeros días de noviembre con la adhesión a la costumbre del Black Friday. Y luego empalmamos con las compras de Navidad, Reyes y las rebajas de enero. En estos tres meses, el ambiente reforzado por una publicidad más intensa nos empuja a comprar compulsivamente cosas que muchas de ellas, realmente, no necesitamos.

Esto no significa que comprar sea malo pues la vida es un continuo fluir que requiere conservación y renovación de muchas cosas que nos rodean, incluso, la adaptación a los avances de todo tipo que nuestro mundo de hoy nos proporciona. Pero deberíamos tener por norma de cómo actuar en este tema cada uno de los que integramos Cáritas, los mensajes que continuamente nos viene enviando el papa Francisco en sus documentos y alocuciones y que se podrían resumir en este párrafo de su Encíclica Laudato Sí’:

La situación actual del mundo «provoca una sensación de inestabilidad e inseguridad que a su vez favorece formas de egoísmo colectivo…  Mientras más vacío está el corazón de la persona, más necesita objetos para comprar, poseer y consumir… Por eso, no pensemos solo en la posibilidad de terribles fenómenos climáticos o en grandes desastres naturales, sino también en catástrofes derivadas de crisis sociales, porque la obsesión por un estilo de vida consumista, sobre todo cuando sólo unos pocos puedan sostenerlo, sólo podrá provocar violencia (204).

Si nos centramos en aspectos de este consumismo, uno de los que produce más escándalo en estos días es la injusticia de que existe un derroche de comida que se tira, al mismo tiempo que hay familias que necesitan donaciones de los bancos de alimentos. Y, además, no es la misma calidad la de la primera que, normalmente, los “no perecederos” de los últimos.

Otro tanto se puede decir de la ropa y los aparatos de telefonía e informática. Aquí es decisivo el denominado “Efecto moda”. En los contendores de ropa de Textil Empleo, aparecen continuamente piezas de ropa que todavía tienen la etiqueta de compra, signo de que se han desecho de ellas sin haber sido usadas. O en el caso de los móviles, cuántos hogares tienen aparatos arrinconados en un cajón que hacen su función perfectamente, pero que han sido sustituidos sólo por disponer del último modelo.

Y aquí surge la pregunta: ¿yo cómo actúo? Todos somos sensibles a las ofertas que vemos en los escaparates de las tiendas y en los expositores de los hipermercados. Pero, movidos por el espíritu de la Navidad, seamos solidarios con los más desfavorecidos siendo austeros en nuestras vidas; liberémonos del consumismo; planifiquemos nuestras compras de acuerdo con nuestras necesidades reales y, en el caso de los alimentos, compremos los que vayamos a aprovechar, pero teniendo en cuenta la fecha de caducidad para no tener que tirar alimentos caducados o estropeados. Con nuestro testimonio, seremos sembradores de estos valores de solidaridad y austeridad al círculo familiar y de amistades.

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Compromiso Solidario diciembre 2024
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