Cuarto Domingo de Cuaresma: Jesús, luz de los ciegos

Cáritas Madrid 22 de Marzo de 2020

Hoy el Evangelio nos habla de conflictos superados, agua de vida y luz para un ciego. Jesús se nos presenta como el Dios que ofrece la Luz y la Vida a los necesitados de ellas. 

 Lecturas: Primer libro de Samuel (16,1b.6-7.10-13a). Sal 22,1-3a.3b-4.5.6. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (5,8-14). Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (5,8-14). Evangelio según san Juan (9,1.6-9.13-17.34-38).

 

Cáritas Madrid. 22 de marzo de 2020.- Hoy el Evangelio nos habla de conflictos superados, agua de vida y luz para un ciego. Jesús se nos presenta como el Dios que ofrece la Luz y la Vida a los necesitados de ellas. Es una oferta que también aquí y ahora se nos hace a nosotros.
Pero esta oferta lleva consigo una invitación a que, como el ciego, también nosotros contestemos a la gran pregunta que, desde el evangelio, se nos dirige: «Y tú, ¿qué dices de aquel que te ha abierto los ojos?».

 

Una vez más la Cuaresma nos toca a la puerta del corazón y nos habla de la luz de la vida. No se trata de encerrarnos en nosotros mismos, eso nos oscurece, sino de caminar en la historia y dejarnos tocar por la vida real, la de los sencillos y los pobres. Ellos tienen la mirada propia de lo divino, Dios en la vida diaria, pobre y sencilla les revela quién es Él y dónde está su verdad de amor y de justicia. Es en la vida de los sencillos donde se aprende a valorar lo pequeño, a agradecer la vida, a compartir lo que se tiene, a unirse para vivir mejor todos. Salir de la ceguera del consumo, del tener, del éxito, del individualismo, es todo un reto que se logra por el camino de la fraternidad y de la entrega, del ayuno y de la limosna, pero para eso hay que encontrarse con el Dios encarnado en los sencillos y dejarse abrir los ojos del corazón por ellos.

 

JESÚS, EL GRAN MAESTRO DE LA ACOGIDA INTERNACIONAL

«Jesús es el gran maestro de la acogida incondicional al otro, más allá y por encima del personaje, de la historia pasada o de los problemas que cada persona arrastra, acoge al otro porque es, por el simple hecho de ser; en la acogida se respeta al otro hasta el límite, reconociéndolo como otro y restituyéndole la dignidad herida o perdida. El que acoge y el acogido comparten la misma dignidad; el que es acogido no tiene que pa
gar con su dependencia, sino reconciliarse consigo mismo y recobrar su dignidad de persona. Desde esta actitud Jesús no busca el poder; acogiendo se hace uno de tantos para encontrarse de modo radical con el ser humano.
De este modo se anuncia la gran obra que el Padre quiere realizar en la persona del Hijo: instaurar un nuevo orden en el que se acabe la opresión de los pobres y la humanidad viva la experiencia de la fraternidad. La gran revelación de Jesús es que Dios quiere manifestarse como Padre de todos en una nueva relación fraterna entre los seres humanos. A este nuevo estado de cosas lo denomina reino de Dios. Y lo anuncia como algo inminente y el signo que lo verifica evoca una buena noticia: ¡hay gozo para los pobres!»(20).

 

 

CUESTIONARIO PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO

1.  ¿Qué cegueras percibes en ti y en la sociedad? ¿Qué nos impide «ver»?

2.  ¿Qué proceso hemos de llevar en nuestra vida hasta llegar a ver?

3.  ¿Qué personas o instituciones están siendo luz en nuestra vida y en la de nuestras comunidades?

4.  ¿Cómo ser testigo de la luz en tu ambiente?

 

 

DANOS TU LUZ

Danos, Señor, tu luz,

para mirar la vida con ojos de Evangelio.

Ayúdanos a confiar en ti,

con todo nuestro corazón,

para aprender a poner en tus manos,

toda nuestra existencia.

Necesitamos cambiar y volver a Ti.

Queremos vivir la conversión

y fortalecer nuestra fe.

Quita la venda de nuestros ojos

que nos impide descubrir

a los demás como hermanos.

Quita la venda de nuestro corazón

que nos impide sentiry vivir

movidos por tus enseñanzas.

Aclara nuestra mirada,

danos tu luz,

cambia la ceguera de nuestros pecados,

para creer y vivir como discípulos

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