Cuarto domingo de Adviento: “Enséñanos, María, a ser como tú”
Cáritas Madrid 20 de Diciembre de 2020Estamos ya próximos a la fiesta de la Navidad y la liturgia de hoy nos acerca a la presencia de ese niño Dios que se hace carne como y con nosotros.
Estamos ya próximos a la fiesta de la Navidad y la liturgia de hoy nos acerca a la presencia de ese niño Dios que se hace carne como y con nosotros.
Cáritas Madrid. 19 diciembre 2020.- El Señor está cerca y lo manifiesta en tres gestos reveladores para el ser humano, que necesita de la salvación. El primero de ellos es su estar en nuestra historia perpetuamente: Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia. El mismo Dios viene a quedarse para siempre.
El segundo gesto nos lo trae Pablo al final de la Carta a los Romanos, el Evangelio que él predica es la Buena Noticia que llama a nuestra puerta. Esa noticia no es otra que el mismo Jesús que quiere entrar y permanecer en nuestras vidas.
Finalmente, el último de los gestos lo hace María, con un sí al que viene, con un sí sin reservas, porque ella nos enseña que no se puede rechazar a esa Vida que todo lo protege, lo cuida, lo alegre y lo salva.
María, modelo de preparación para la Navidad
Caminar con María hacia el encuentro de la vida que está tan cerca es una aventura apasionante. Ella es la casa de la vida, el hogar de lo pequeño, el gesto que nos salva, la palabra que nos devuelve la esperanza. Enséñanos, María, a ser como tú, esa persona que pone su vida al servicio del proyecto de Dios, al servicio del amor.
Ante todo, su fe, su actitud de fe, que consiste en escuchar la Palabra de Dios para abandonarse a esta Palabra con plena disponibilidad de mente y de corazón. Al responder al Ángel, María dijo: “Yo soy la sierva del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho” (v.38). En su “sí” lleno de fe, María no sabe por cuáles caminos deberá aventurarse, cuáles dolores deberá padecer, cuáles riesgos afrontar. Pero es consciente que es el Señor quien pide y ella se fía totalmente de Él, se abandona a su amor. Esta es la fe de María.
Otro aspecto es la capacidad de la Madre de Cristo de reconocer el tiempo de Dios. María es aquella que ha hecho posible la encarnación del Hijo de Dios, “revelando un misterio que fue guardado en secreto desde la eternidad” (Rm 16, 25). Ha hecho posible la Encarnación del Verbo gracias precisamente a su “sí” humilde y valiente. María nos enseña a comprender el momento favorable en que Jesús pasa por nuestra vida y pide una respuesta rápida y generosa.