Creados por amor, con vocación de amar, por eso sembramos Caridad
18 de Octubre de 2024“Supremacía de la Caridad” es esta reflexión que nos comparten desde Cáritas Vicaría III, escrita por el párroco de Nuestra Señora de Belén, Cristobal José Galdeano Fernández, donde nos muestra cómo en la esencia de las personas está acompañar y amar, es decir, cuya expresión es Caridad, desde ella abordamos la atención a las familias vulnerables en Cáritas Madrid.
Es importante recordar siempre que la Caridad designa, antes que la virtud del cristiano, el Ser mismo de Dios: Dios es Caridad (1 Jn 4, 8.16). Y por ello, para la vida del cristiano, la Caridad hace referencia a nuestro ser antes que a nuestro obrar. Hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios (Gn 1-2) que se define y se presenta a sí mismo como Caridad.
Estamos hechos para Amar. Y Dios, que nos enseña que la Caridad es fundamental para nuestra vida, no se queda en la enseñanza, nos concede con su Gracia la virtud teologal de la Caridad, que viene de Él, nos orienta a Él y, unidos a Él nos permite amar como Él ama. De allí que no debemos olvidar que el mandamiento del amor es una expresión a modo de ley, que nos recuerda e indica la vocación para la cual hemos sido creados (1 Cor 12,31- 13,13). Ser testigos del Amor infinito de Dios.
sí se comprenden las palabras y las obras de Jesús, revelador del rostro amoroso de Dios. En Él, el misterio de Dios se revela no como un sistema de conceptos, sino como una experiencia profundamente humana, en la historia y en la vida concreta: Jesús habla del perdón y perdona, se compadece del que sufre y sale en su ayuda, se compromete con la realidad concreta de las personas que encuentra en el camino. La Caridad se hace obras. Busca el bien del otro, en cuanto otro, distinto, sufriente, sin excepciones ni límites. A veces es un sí, y a veces un no. Porque es lo que el otro necesita. Jesús, ungido por el Espíritu, pone en el centro al Padre y a sus hermanos, renunciando a sí mismo y dando la vida por todos. Y ese es el gran mensaje de la Cruz de Jesús: dándolo todo por todos, se encuentra la plenitud de la vida. Por esto hemos conocido el amor: Él ha dado su vida por nosotros" (1 Jn 3,16).
No estamos solos
Porque al iniciar este nuevo período pastoral, nos reconocemos Iglesia, comunidad reunida en la comunión de la Trinidad (LG 4). Fundada y enviada por Jesús (Mc 16, 15-18), somos la Iglesia que hace presente en gestos concretos ese amor sin límites de Dios por todos, del que nosotros nos hemos beneficiado, del cual nos nutrimos en cuanto hijos en el Hijo de Dios, y del cual somos testigos privilegiados porque podemos contar nuestra experiencia y transmitirla a nuestros hermanos.
Cáritas es la Caridad propia de la Iglesia. En el ejercicio de nuestro trabajo pastoral, estamos haciendo lo que debemos hacer (Lc 17,10): ver a Cristo en el hambriento, el enfermo, el encarcelado, el que nos necesita (Mt 25, 35-46). Y comenzamos la tarea con serenidad y confianza. Sabemos que es difícil, porque no siempre entendemos lo que tenemos que hacer, a veces pasamos nosotros por malos momentos y perdemos el entusiasmo, y también no todas las personas que encontramos por el camino facilitan la labor. Pero tenemos estas certezas: somos imagen del Dios Caridad, somos hijos de Dios en Cristo, nos asiste y sostiene el Espíritu, y recibimos en cada momento, la fuerza, la luz, la humildad y la serenidad para realizar esta preciosa labor: ser testigos del Amor de Dios.