Crea en mí un corazón puro

Lecturas del Quinto domingo de Cuaresma:  Jer 31, 31-34; Sal. 50; Heb 5, 7-9; Jn 12, 20-33.

Cáritas Madrid. 18 de marzo de 2018.- Nuestro camino cuaresmal está llegando a su término. Intuimos tiempos nuevos. Aquella promesa de una alianza entre Dios y los hombres se hará realidad. Ahora la nueva alianza estará en nuestros corazones y desde ahí reconoceremos los dones de Dios. El canto del Salmo responsorial ("crea en mí un corazón puro") es una necesidad.

En nosotros también está el deseo de conocer a Jesús. Su propuesta es el camino de sacrificio, de muerte. Algo poco lógico para nuestras mentalidades. Jesús se muestra con sentimientos humanos. No desea el sufrimiento.

Para conocer a Jesús en toda su plenitud a veces necesitamos de mediadores. Unos griegos se acercaron a Felipe y Andrés. Nuestro mundo, las personas de hoy en día, también necesitan mediadores. Como seguidores de Jesús es tarea nuestra. Se despertará de este modo el deseo de ver y conocer a Jesús en muchas personas. Como discípulos necesitamos oír la voz de Dios, que nos vuelve a presentar a su Hijo uniendo gloria y salvación con sufrimiento y muerte.

En nuestro caminar cuaresmal nos vamos acercando a los momentos cruciales, a los momentos en que se ven con más claridad las dificultades del seguimiento a Cristo en la sociedad y corremos el riesgo de tirar la toalla, o seguir con lo de siempre, o aguar la buena nueva, quitarle su sabor, su sal, su aire de novedad.

Es tiempo de contemplar al Jesús, histórico, sus miedos y su confianza en el Padre, su disponibilidad para arriesgarse, seguir adelante, y su deseo de que todos conozcamos realmente al Padre.