Convertir el regreso a la rutina en una nueva oportunidad

14 de Octubre de 2024

Por David Marcos Ollero- Psicólogo colegiado n.º M-27732

Cómo encarar la depresión posvacacional y aprovechar la energía para un nuevo comienzo.

EL FINAL DEL VERANO trae consigo no solo el cambio de estación, sino también el regreso a la rutina diaria. Para muchas personas este retorno puede ser un desafío emocional, un fenómeno conocido como depresión posvacacional. Sin embargo, el final de las vacaciones no tiene por qué ser sinónimo de tristeza, también puede ser una oportunidad para reenergizarse y embarcarse en nuevos proyectos.

La depresión posvacacional se caracteriza por un sentimiento de melancolía, desmotivación y, a veces, una sensación de vacío al volver al trabajo o a las responsabilidades cotidianas después de un período de descanso. Las vacaciones nos ofrecen un respiro del estrés diario, y es natural que volver a la rutina pueda sentirse abrumador. Es importante entender que la depresión posvacacional no es un trastorno en sí mismo, sino una reacción emocional transitoria que puede afectar a cualquier persona.

Sin embargo, en lugar de dejar que estos sentimientos nos derroten, podemos adoptar una perspectiva más positiva sobre el regreso a la rutina. Este es un momento ideal para reflexionar sobre los aspectos de nuestra vida que más disfrutamos durante las vacaciones y buscar maneras de incorporarlos en nuestro día a día. Si el tiempo al aire libre, las actividades recreativas o el simple hecho de desconectar del trabajo fueron fuentes de alegría, ¿por qué no intentar mantener esas prácticas, aunque sea en pequeña medida, durante el resto del año?

Otro aspecto importante es ver este periodo como una oportunidad para el cambio y el crecimiento. El inicio de la rutina no tiene que ser una mera continuación de lo que dejamos antes de las vacaciones. Podemos aprovechar esta etapa para establecer nuevos objetivos y proyectos. Ya sea aprender una nueva habilidad, iniciar un proyecto personal o simplemente adoptar hábitos más saludables, el regreso a la rutina puede ser el empujón que necesitamos para hacer esos cambios que hemos estado posponiendo.

La planificación también juega un papel crucial en cómo manejamos esta transición. Regresar uno o dos días antes de que terminen las vacaciones oficiales puede hacer que el cambio sea menos brusco. Además, es útil organizar nuestro entorno y nuestras tareas de manera que nos permitan volver al trabajo con una mente clara y un enfoque renovado.

Además, es esencial reconocer que el apoyo social juega un papel crucial en este proceso. Hablar sobre las emociones relacionadas con el regreso a la rutina, compartir experiencias con colegas y amigos y buscar apoyo cuando sea necesario son prácticas que pueden aliviar la carga emocional y fortalecer la resiliencia.

En lugar de ver el final de las vacaciones como el fin de algo bueno, podemos elegir verlo como el comienzo de una nueva etapa llena de posibilidades. Cada regreso a la rutina es una oportunidad para renovar nuestras energías, reflexionar sobre lo que queremos de nuestra vida diaria y hacer cambios que nos acerquen a esa visión.

En conclusión, aunque la depresión posvacacional puede ser un obstáculo emocional, con la actitud correcta y un enfoque proactivo podemos convertir el regreso a la rutina en un trampolín hacia nuevas metas y un mayor bienestar. No es solo un retorno a lo mismo de siempre, sino una oportunidad para redescubrir y volver a imaginar nuestra vida cotidiana.

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