"Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos"
Cáritas Madrid 3 de Diciembre de 2016Hoy celebramos el segundo domingo de Adviento
Hoy celebramos el segundo domingo de Adviento.
Cáritas Madrid. 4 de diciembre de 2016.- En este tiempo de Adviento, Jesús ya está aquí y, con Él, la inminencia del Reino. Ante su llegada, no caben medias tintas. Su presencia exige nuestra conversión. Esta no puede reducirse a una dimensión externa que se traduzca en dejar de hacer cosas malas o incluso en hacer cosas buenas. Implica reorientar las energías hacia el nuevo proyecto del Reino de Jesús hacia el que hay que canalizar toda la vida: nuestros valores, nuestras actitudes, nuestras acciones. Esto será determinante en nuestra vida. Con él llega el juicio, un juicio que no será en "la otra vida", sino que en cada una de las opciones que hacemos nos vamos jugando el ir adentrándonos en ese Reino o ir alejándonos de él. Nuestra propia felicidad, y la de nuestros hermanos y hermanas, está en juego. La "comunión" está en juego.
El tiempo de Adviento, como tiempo fuerte, es un tiempo de cambio, de conversión. La Palabra de Dios que hoy nos invita a volver a su "proyecto original" y nos interpela a reorientar nuestras energías y opciones hacia el nuevo proyecto del Reino de Jesús, haciendo nuestros sus valores, actidudes a fin que se traduzcan en acciones concretas. La figura de Juan Bautista aparece como el icono que desde su coherencia personal, anuncia al Mesías y su plan de salvación.
Corona de Adviento
En este segundo domingo de Adviento encendemos la vela verde. El color verde dentro de las celebraciones litúrgicas simboliza el tiempo ordinario, la cotidianidad de la vida, de hecho el color de la naturaleza es verde. Se nos invita a vivir nuestro día a día iluminándolo con la Palabra del Señor que nos nutre, nos consuela y nos interpela a vivir desde los valores del Reino.
Oración
Con esta segunda luz que encendemos,
te pedimos, Señor, que la Luz de tu Palabra
ilumine vuestras vidas
a fin de poder "vivir de forma extraordinaria
nuestro tiempo ordinario".
Señor, que seamos reflejo de tu luz atrayente y seductora.
¡Maranatha, ven, Señor Jesús!