Construyamos espacios comunitarios, cuidemos los prejuicios ante lo diferente
Cáritas Madrid 12 de Abril de 2017Escuela de vida en los cuatro arciprestazgos del barrio de Salamanca de Cáritas Vicaría II
Escuela de vida en los cuatro arciprestazgos del barrio de Salamanca de Cáritas Vicaría II.
Cáritas Madrid. 12 de abril de 2017.- Llamados a ser Comunidad en todos nuestros ámbitos. Esa es la línea de fuerza trabajable en toda la red de Cáritas Madrid y en nuestra condición de seres sociales. Pero no hay Comunidad sino hay común unión. La Comunidad empieza en el corazón de cada persona y eso luego adquiere diversidad y universalidad. Vivir y convivir juntos desde los vínculos que generamos.
Pero nuestras contradicciones y complejidades humanas nos llevan a vivir situaciones de inquietud, incertidumbre, inseguridades y miedos en nuestras interacciones. Aparecen la sospecha y la susceptibilidad, aparecen los prejuicios que rompen la fraternidad comunitaria. Y eso no es Cáritas en su sentido de amor profundo, radical hacia la persona, de ser caricia en el abatimiento del otro, tal y como Jesús lo vivió en su vida y misión.
Todo este proceso de deshumanización a la que nos conducen los prejuicios, nos hace encerrarnos en nuestras ideas y creencias que exteriorizamos en la construcción de muros (visibles y no visibles, pero que impiden que fluya lo mejor de nosotros), y miramos, nos situamos y nos posicionamos desde las apariencias. Y llenamos nuestras comunicaciones con los demás, desde prejuicios más o menos latentes, de sexismo, racismo, rechazo según la edad ("los ancianos son aburridos"," los jóvenes unos irresponsables"...).
Hemos vivido esta Cuaresma junto al resto de la Iglesia y descubrimos que la mirada de Dios no es como la mirada del ser humano, pues éste último mira las apariencias, pero el Señor mira el corazón, a la verdad que somos y nos constituye, sin prejuicios ni moldes previos acerca de la realidad de los demás.
Por ello, nos volvió a acompañar Begoña, que nos ayudó a identificar nuestros prejuicios, nos dio claves para cambiar actitudes para enfrentarnos a ellos ( eliminar las frases hechas, actitud de escucha sincera, no ser clasista, abrir la mente viajando y conociendo otras culturas, educar y formarse, respetar el ritmo de las personas y así impulsar el auténtico cambio en nuestras vidas que nos haga de verdad apostar por ser personas comunitarias y no caer en la injusta e inhumana discriminación social. El Evangelio, los derechos humanos, son referencias constitutivas que nos ayudan a enriquecernos mutuamente. ¿Qué esta es una mala época? Pues bien, estamos aquí para hacerla mejor.
Expresamos nuestra gratitud a la parroquia Virgen de la Providencia y San Cayetano, su acogida y disponibilidad para haber hecho posible esta Escuela de Vida a los 46 voluntarios que han participado.