¿Cómo me va en mi voluntariado? Vivencias, Cansancios...
Cáritas Madrid 20 de Abril de 2015Seguimos reflexionando en la Escuela de Vida de los Arciprestazgo de Santísima Trinidad y de Espíritu Santo, de Cáritas Vicaría II, en esta ocasión sobre nuestro voluntariado.
Seguimos reflexionando en la Escuela de Vida de los Arciprestazgo de Santísima Trinidad y de Espíritu Santo, de Cáritas Vicaría II, en esta ocasión sobre nuestro voluntariado.
Cáritas Madrid. 20 de abril de 2015.- Los voluntarios de los Arciprestazgos de Santísima Trinidad y Espíritu Santo, de la Vicaría II, han estado reflexionando durante dos sesiones acerca de qué sentimientos y vivencias experimentan en el ejercicio de su voluntariado, dentro del Encuentro de Voluntariado permanente que se inició en enero, y en el que, una vez al mes, los voluntarios de estos dos arciprestazgos se proponen hacer camino de vida juntos y compartir experiencias.
Guiados por los colaboradores del Centro de Estudios Sociales de Cáritas Madrid, Víctor y Rosa, y en los salones de la Parroquia Virgen de Lluc, unos treinta y cinco voluntarios y voluntarias han analizado de una manera participativa y activa, combinando los ejercicios y dinámicas en pequeños grupos o por parejas, con las exposiciones teóricas necesarias, cómo les va en el ejercicio de su voluntariado, cómo afrontar las situaciones de estrés y desazón que pueden surgir en sus acogidas y resto de servicios, y algunas pautas muy interesantes para el autocuidado.
Algunas de las ideas principales tratadas y conclusiones han sido:
- El voluntario ofrece dos cosas: su tarea y su persona. Está claro que la tarea hay que procurar hacerla bien, pero mucho más importante es cuidar al voluntario como persona, porque uno no puede ofrecer aquello que no tiene. Si uno es alegre, ofrecerá alegría; si uno es optimista, ofrecerá optimismo; pero si uno está deprimido, preocupado, triste...
- El voluntario lo es desde los siguientes aspectos: libertad; altruismo; ejercido desde una asociación con la que se comparten sus fines, objetivos y líneas de pensamiento; buscando no sólo el ayudar a los demás, sino la transformación de la sociedad y también la transformación personal.
- El voluntario debe ser plenamente consciente de lo importante que es la formación, las reuniones y trabajos en equipo para analizar y reflexionar juntos. Si dedico cuatro horas a la semana, tres de ellas deberían ser de tarea, y una al menos, de formación y encuentro.
- Todo esto lo realizaron a través de la dinámica del árbol, en la que los voluntarios expresaron de manera individual los puntos fuertes de su labor (los frutos), los puntos débiles (las hojas caídas), y las cosas a mejorar (representadas por la regadera con la que nutrir el árbol), se realizó un rico e interesante análisis de la situación actual de sus servicios.
- Por último, los asistentes recibieron una serie de consejos para el auto-cuidado muy interesantes:
- Incorpora a tu vida una pregunta: ¿cómo me siento?
- Cuida el resto de tiempos fuera del voluntariado: familia, amigos, ocio…
- Presta atención a tu salud
- Cultiva aquellas actividades que te proporcionan bienestar
- Aprende a decir no y poner límites, sobre todo a aquello que no me hace bien
- Identifica y acepta tus propios límites
- Acepta las diferencias de los demás: aportan riqueza
- Huye del perfeccionismo. No existe.