"Como Jesucristo, obligados a huir", lema de la próxima Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado
Cáritas Madrid 27 de Agosto de 2020Francisco nos llama a acoger, proteger, promover e integrar a los desplazados internos y nos propone seis actitudes o acciones de cara a la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado que celebraremos en un mes.
Francisco nos llama a acoger, proteger, promover e integrar a los desplazados internos y nos propone seis actitudes o acciones de cara a la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado que celebraremos en un mes.
Cáritas Madrid. 27 de agosto de 2020.- Dentro de exactamente un mes, celebraremos la 106º Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado que este año está dedicada al drama de los desplazados internos, "un drama a menudo invisible", afirma el Papa, que la crisis mundial causada por la pandemia del COVID-19 ha agravado y que los cirstianos no pueden ignorar, ya que en los rostros de estos hermanos, "también se refleja el de Jesús refugiado". De ahí que el lema escogido para la Jornada de este año sea “Como Jesucristo, obligados a huir. Acoger, proteger, promover e integrar".
A estos cuatro verbos utilizados desde 2018 por el Papa, Francisco ha añadido ahora, en su Mensaje para la 106ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, seis actitudes o acciones ante el drama de las migraciones que detalla en su mensaje y que corresponden a acciones vinculadas entre sí en una relación de causa-efecto”:
1.- Conocer para comprender: “El conocimiento es un paso necesario hacia la comprensión del otro. Cuando hablamos de migrantes y desplazados, nos limitamos con demasiada frecuencia a números. ¡Pero no son números, sino personas! Si las encontramos, podremos conocerlas. Y si conocemos sus historias, lograremos comprender. Podremos comprender, por ejemplo, que la precariedad que hemos experimentado con sufrimiento, a causa de la pandemia, es un elemento constante en la vida de los desplazados”.
2. Hay que hacerse prójimo para servir: “Parece algo obvio, pero a menudo no lo es. Los miedos y los prejuicios —tantos prejuicios—, nos hacen mantener las distancias con otras personas y a menudo nos impiden ‘acercarnos como prójimos’ y servirles con amor. Acercarse al prójimo significa, a menudo, estar dispuestos a correr riesgos, como nos han enseñado tantos médicos y personal sanitario en los últimos meses. Este estar cerca para servir, va más allá del estricto sentido del deber. El ejemplo más grande nos lo dejó Jesús cuando lavó los pies de sus discípulos”.
3. Para reconciliarse se requiere escuchar: “El amor, el que reconcilia y salva, empieza por una escucha activa. En el mundo de hoy se multiplican los mensajes, pero se está perdiendo la capacidad de escuchar. Solo a través de una escucha humilde y atenta podremos llegar a reconciliarnos de verdad. Durante el 2020, el silencio se apoderó por semanas enteras de nuestras calles. Un silencio dramático e inquietante, que, sin embargo, nos dio la oportunidad de escuchar el grito de los más vulnerables, de los desplazados y de nuestro planeta gravemente enfermo. Y, gracias a esta escucha, tenemos la oportunidad de reconciliarnos con el prójimo, con tantos descartados, con nosotros mismos y con Dios, que nunca se cansa de ofrecernos su misericordia”, dice el Santo Padre.
4. Para crecer hay que compartir: “Para la primera comunidad cristiana, la acción de compartir era uno de sus pilares fundamentales. Dios no quiso que los recursos de nuestro planeta beneficiaran únicamente a unos pocos. ¡No, el Señor no quiso esto! Tenemos que aprender a compartir para crecer juntos, sin dejar fuera a nadie. La pandemia nos ha recordado que todos estamos en el mismo barco. Darnos cuenta que tenemos las mismas preocupaciones y temores comunes, nos ha demostrado, una vez más, que nadie se salva solo. Para crecer realmente, debemos crecer juntos, compartiendo lo que tenemos, como ese muchacho que le ofreció a Jesús cinco panes de cebada y dos peces…”, ha agregado.
5. Se necesita involucrar para promover: “A veces, el impulso de servir a los demás nos impide ver sus riquezas. Si queremos realmente promover a las personas a quienes ofrecemos asistencia, tenemos que involucrarlas y hacerlas protagonistas de su propio rescate. La pandemia nos ha recordado cuán esencial es la corresponsabilidad y que solo con la colaboración de todos —incluso de las categorías a menudo subestimadas— es posible encarar la crisis”.
6. Es indispensable colaborar para construir: “La construcción del Reino de Dios es un compromiso común de todos los cristianos y por eso se requiere que aprendamos a colaborar, sin dejarnos tentar por los celos, las discordias y las divisiones. Para preservar la casa común y hacer todo lo posible para que se parezca, cada vez más, al plan original de Dios, debemos comprometernos a garantizar la cooperación internacional, la solidaridad global y el compromiso local, sin dejar fuera a nadie”.
La Sección Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral ha elaborado tres videos dentro de la campaña con la que quiere preparar la Jornada Mundial del próximo 27 de septiembre bajo los títulos:
- Escuchar para reconciliarse. Ver aquí
- Conocer para comprender. Ver aquí
- Acercarse para servir. Ver aquí