Nos enriquecemos con la experiencia del acompañamiento y el voluntariado en las prisiones

21 de Noviembre de 2022

A través de Cáritas Vicaría VIII se ha celebrado un nuevo encuentro organizado por Cáritas Arciprestal de Colmenar Viejo, consistente en una charla-coloquio a cargo de Paulino Alonso, capellán del Centro Penitenciario Madrid V (Soto del Real) y del comedor del Ave María. Han participado también Asunción Blasco, responsable del Centro de Cáritas del Arciprestazgo y Antonio del Amo, párroco de San José de Colmenar Viejo.

La charla ha estado dividida en dos partes. La primera, dedicada a la actividad de la Capellanía del Centro Penitenciario y la Segunda al Comedor del Ave María que celebró en 2018 su 400 aniversario.

El padre Paulino ha transmitido a los asistentes su dilatada experiencia con los penados, internos, privados de libertad. Para él es vital la “humanización de la prisión” y tratar a los internos como “personas”, siempre con la reinserción como horizonte. Una meta aún por alcanzar, que pasa por acercarse a las personas en prisión para que haya una verdadera reinserción: hay que mirarlos como personas.

Un ejemplo de este acercamiento, real y sincero, son las 25 personas voluntarias que actualmente participan en la pastoral penitenciaria, con las personas privadas de libertad. Para hacer voluntariado en las prisiones, señalan desde la Vicaría, no se exige nada en especial, sólo que vayan a escuchar y hablar, porque el resto se va aprendiendo con el trato: hay que dejar de lado el morbo, comprometerse y estar con ellos. La colaboración de las personas voluntarias es muy necesaria y bien vista por las direcciones de los centros penitenciarios ven con buenos ojos esta ayuda. Una palabra, un abrazo son muy bien valorados. Y además de la escucha, de entre las actividades que se realizan conjuntamente, destacan al organización del Camino de Santiago y la preparación de un periódico.

Con respecto a su labor en el Comedor del Ave María, el Capellán ha contado que actualmente reparten 420 desayunos y bocadillos a diario y se entregan alimentos a unas 40 familias. Esto es posible, ha dicho, gracias a la “solidaridad y a la Providencia, que hacen que no falte nunca para compartir”. Pero es necesario seguir colaborando porque “hay un aumento significativo de la demanda de alimentos por parte de las familias y vienen malos tiempos”.

También hemos podido reflexionar a través de los relatos de Paulino, de las pobrezas a las que nos enfrentamos a diario: la material y la de valores, cuando te empobreces al no preocuparte por nada.

La jornada ha concluido con un coloquio, oración, música del coro y un momento de escucha y encuentro entre los asistentes. El encuentro, que ha tenido lugar en la Parroquia de Santa Teresa de Colmenar Viejo, ha coincidido con la celebración, este mes de noviembre, de la VI Jornada Mundial de los Pobres.
 

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