“CIVIL WAR” o ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
21 de Junio de 2024Por Juan José Gómez-Escalonilla
Es curiosa la premisa con la que comienza la película. Prácticamente, sin previo aviso, Estados Unidos está envuelto en una guerra civil: un presidente se arroga un tercer mandato y desencadena que dos estados se declaren en rebeldía lo que provoca un enfrentamiento entre patriotas. El film plantea una ucronía - reconstrucción de la historia sobre datos hipotéticos-. ¿Hipotéticos?
Uno se puede preguntar, de manera legítima, ¿cómo han llegado hasta aquí? – hacemos un silencio dramático-. ¿En serio? Perdonadme la digresión porque el planteamiento no está tan alejado de la realidad actual. Palabras como polarización, enfrentamiento, incorrección… se están haciendo presentes en la realidad de muchos países del mundo. Hemos pasado de etiquetar nuestras publicaciones a etiquetar a las personas. A dividir a nuestro entorno entre los nuestros y los otros. Las ideologías controlan nuestro día a día.
Esta es la base sobre la que se construye esta película, porque es el mismo odio, el mismo rencor, la misma ideología, las mismas ganas de venganza que tenemos en nuestro día a día, pero elevada exponencialmente. Alex Garland tiene la delicadeza de plantear el levantamiento de dos estados que, habitualmente en Norteamérica, son de signo político distinto. Porque esta cuestión no tiene que ver con lo político sino con la polarización que esto puede provocar. Y esta división lleva a la locura.
Una película de personajes, en la que un grupo de cuatro reporteros de guerra emprende un viaje por carretera con el objetivo de llegar a Washington para entrevistar al presidente de Estados Unidos antes de que las fuerzas rebeldes asalten la Casa Blanca. Si crees que es una película de tiros, estás en un error.
Hay algunas escenas que te dejan como espectador deshecho en el asiento.
Por un lado, la escena en la que nuestros protagonistas se encuentran atrapados entre un fuego cruzado, entre los del grupo a y los del grupo b. Escondidos les preguntan ¿Quiénes sois? ¿De quién recibís órdenes? ¡No tenían ni idea! Su respuesta es lapidaria: solo sabemos que allí hay unos que nos disparan y nos quieren matar y nosotros queremos matarlos a ellos. Así sin más, podrían ser de su propia familia y no hubiera pasado nada. Un sinsentido.
“No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos”. Esta frase de Martin Luther King resonaba en otra escena de Civil War cuando los reporteros gráficos que van recorriendo el país – y otros países – reflejando con sus fotos la infinita crueldad del ser humano dicen: “nosotros solo documentamos para que otros hagan las preguntas”.
En otro lugar, llegan a una tienda en un lugar perdido y preguntan:
- Pero ¿saben lo que está pasando ahí fuera?
- Sí claro, pero preferimos mantenernos al margen – contestan.
El silencio de los buenos es lo que sobra. La humanidad impasible en realidad es la humanidad culpable.
Así acompañados por una puesta en escena magistral del director y guionista Alex Garland, nos encontramos imbuidos en medio de una guerra, sin tomar partido, una road movie en la que atravesamos el drama, el terror, el conflicto e incluso la comedia. Pero no solo es el guion y el argumento, también es esa combinación de fotografía, banda sonora y realidad, que continuamente se van contrastando y que te llevan a un sobresalto emocional continuo.
Hay películas que te enganchan por la propuesta, por la fantasía, hay películas que te atraen por su acción porque hacen lo que te gustaría hacer a ti, hay películas que te llevan a mundos increíbles y hay películas que te sobrecogen por la realidad que plantean.
Que sean uno como tú y yo somos uno. Esa es una de las aspiraciones más hondas de la humanidad, de los cristianos, porque cuando no queremos ser uno seremos divididos y confrontados. En la división no hay esperanza, no hay futuro, en la comunión sí.