Celebra con la familia de Cáritas el Día de Caridad

Cáritas Madrid 3 de Junio de 2021

La familia de Cáritas Madrid celebra hoy el tradicional Día de Caridad con el lema "Pan partido, alimento de fraternidad". Gracias a la colaboración de más de tres mil personas voluntarias, hoy salimos a la calle para mostrar nuestro compromiso con los más necesitados y mostramos nuestros proyectos y servicios en casi 400 mesas colocadas por toda la Diócesis de Madrid.

El Día de Caridad se celebra desde más sesenta años, vamos a conocer qué significa para tres personas voluntarias este día tan especial.

La familia de Cáritas Madrid celebra hoy el tradicional Día de Caridad con el lema "Pan partido, alimento de fraternidad". Gracias a la colaboración de más de tres mil personas voluntarias, hoy salimos a la calle para mostrar nuestro compromiso con los más necesitados y mostramos nuestros proyectos y servicios en casi 400 mesas colocadas por toda la Diócesis de Madrid.


El Día de Caridad se celebra desde más sesenta años, vamos a conocer qué significa para tres personas voluntarias este día.


Cáritas Madrid. 3 de junio de 2021.- "Pan partido, alimento de fraternidad". Este es el lema con el que este año salimos a la calle a celebrar el Corpus Christi, Día de Caridad. Un año diferente marcado por la crisis sanitaria que ya lleva más de un año acompañándonos cada día.


Hoy, vamos a salir a la calle, con mascarillas, manteniendo las distancias de seguridad pero con la misma ilusión y las mismas ganas de siempre de mostrar quienes somos y qué hacemos en Cáritas Diocesana de Madrid.


Vamos a hablar con tres personas que llevan tiempo viviendo esta festividad y compartiéndola con los demás, vamos a conocer que es para ellos este Día de Caridad y como lo viven.


Primero vamos a hablar con Mª Jesús Castro, ella es voluntaria en Cáritas Vicaría I y también es la persona responsable de Día de Caridad en Cáritas Diocesana de Madrid, lleva tres años en este proyecto y lo vive con todo el cariño y la entrega de la que es posible.


¿Qué significa para ti el Día de Caridad con motivo de la festividad del Corpus Christi?

Como voluntaria de Cáritas Madrid, el Día de Caridad es una jornada muy especial que celebro de manera doble. Por un lado, porque Cáritas abre sus puertas ese día haciendo partícipes a todos de la labor social realizada durante el año. Y, además, porque se invita a la sociedad a salir al encuentro de los que más ayuda necesitan.


Por otro lado, también celebro que coincida con la festividad del Corpus Christi. Para mí, como católica, es una fiesta de alabanza a Dios, que desde niña he vivido en familia, con alegría, y en la que los cristianos expresamos nuestra fe y celebramos el misterio de la Eucaristía y el mensaje que nos dejó Jesucristo.


¿Por qué es importante esta celebración para Cáritas Madrid?

Porque este día Cáritas Diocesana de Madrid, como Institución de la Iglesia, da a conocer la intensa labor social que realiza en Madrid a través de sus Cáritas parroquiales, Obras, Proyectos Sociales y Servicios. Y, también, porque es en Madrid

donde se realiza desde hace 61 años la jornada de cuestación más importante, con motivo del Día de Caridad, con el mensaje de amor a Dios y a nuestros semejantes. Este día salen a las calles de Madrid cientos de voluntarios de Cáritas que, en su nombre, invitan a compartir sus recursos con las personas en situaciones desfavorables, mostrando también su compromiso de entrega personal.


¿Qué mensaje te gustaría transmitir a la sociedad madrileña con la celebración de este día?

Pues este año, María, por la situación que todos estamos viviendo, un mensaje de especial reconocimiento a la infinidad de apoyos de todo tipo que Cáritas está recibiendo, tanto de particulares, grupos, empresas, instituciones privadas, instituciones públicas, etc. Esta crisis sanitaria está siendo muy muy dura para todos y no digamos para aquellas personas que están teniendo problemas de empleo, vivienda, e incluso de subsistencia. Gracias al trabajo en red que se está haciendo muchas personas pueden cubrir necesidades muy básicas y no solo pensar en “hoy” sino también en “mañana”. Y como cristiana, me gustaría lanzar un mensaje de esperanza, para todos, en especial para aquéllos a los que más está afectando esta crisis sanitaria y social. En Cáritas siempre encontrarán a personas que abrirán su corazón, escucharán, acogerán y estarán cerca para remontar los momentos más difíciles.

 

A continuación, vamos a compartir con todos vosotros, las palabras que nos envía Sor Josefina, Hija de la Caridad que lleva más de 50 años colaborando y trabajando en Cáritas Diocesana de Madrid:


Por segundo año consecutivo nos acercamos al Día de Caridad condicionados por una situación sanitaria que dificulta la presencia masiva en las calles de la ciudad según el modelo tradicional, con 61 años de experiencia. La pandemia marcará un antes y un después en cuanto a las formas de celebración, pero el Día de Caridad permanece. Tiene un contenido teológico y espiritual. Eucaristía y caridad. El Misterio divino y nuestra colaboración material. “Pan partido, alimento de fraternidad”, que es el lema del presente año 2021.


Por curiosidad, hemos recopilado diversos textos de la revista Ecclesia que describen la trayectoria de las primeras décadas de Cáritas hasta la institución del Día de Caridad. Permiten ver con datos de primera mano, cómo concibió la jerarquía eclesiástica el Día de Caridad y cómo Cáritas fue creando y difundiendo su propia doctrina y perfeccionando su actuación a favor de los necesitados desde el evangelio y la doctrina social de la Iglesia, con un conocimiento responsable de la realidad y el buen uso de los recursos técnicos a su alcance, y como lo valoró el mundo católico, representado en la revista que tomamos de referencia. He aquí unos cortes significativos.


Naturaleza y objetivos del Día de Caridad

La II Asamblea Nacional de Cáritas (Madrid 1947) acordó suplicar a la Jerarquía “Que se establezca el Día Nacional de Caridad, con el doble fin de recaudar fondos y de formar la conciencia de los católicos españoles hacia una colaboración con la caridad organizada, suscitando actividades y ayudas concretas” (27-XII-1947 p. 7).


La III Asamblea (Madrid 1948), repite la solicitud del Día de la Caridad, hace una consideración detallada del sufrimiento de los pobres y concluye: “Es imprescindible que todos los que nos consideramos católicos afrontemos con el valor que nos da la vida sobrenatural el drama que nos toca vivir y, saturados del mismo, actuemos con la intensidad necesaria” (30-X-1948, p, 14).


En años posteriores se mantiene la petición del Día de Caridad “que podrá costar de predicación sobre la caridad en todos los templos, oración por el progreso de las obras católicas de caridad y colecta extraordinaria en iglesias y en la calle” (11-II-1950, p. 11). “Conviene, ante todo, divulgar la doctrina y hacer sentir la presencia del necesitado junto al bien avenido con la abundancia de la vida. Así se divulgó el cristianismo. La predicación de los Santos Padres y Doctores eclesiásticos en aquella sociedad aun paganizada en sus instituciones tiene acentos estremecedores” (14-XI-1953).


Dando un salto a mayo de 1959 nos situamos en Santiago de Compostela, en la XIV Asamblea Nacional, presidida por su arzobispo, el Emmo. Sr. Cardenal Quiroga Palacios. Ya no se habla de solicitud a la Jerarquía. Es la propia Jerarquía la que, por medio del presidente de la Comisión episcopal de Caridad, informó del proyecto de celebrar anualmente el Día de Caridad.


La primera cuestación tuvo lugar en 1960. A modo de pregón, con el título “Cáritas en acción”, Ecclesia hace estas consideraciones:

“Como se trata de abrir profundos y anchurosos cauces a la caridad cristiana en el sentir de todos, es utilísima, en orden a la mayor eficacia, una previa labor doctrinal en la que primero se estudie y se presente después con la claridad, solidez y atractivos posibles la verdadera faz de la virtud más representativa del mensaje evangélico. Habida cuenta de la doble vertiente de la caridad –amor a Dios y amor al prójimo- la campaña se ha fijado también dos etapas principales: la del Jueves Santo y la del Corpus Christi. Estas dos fechas litúrgicas especialmente establecidas por la iglesia para fomentar la veneración y el amor a Jesucristo escondido misteriosamente en el pan eucarístico, son la mejor propedéutica para extender ese mismo amor a la otra presencia suya, no menos evangélica, entre nosotros: encarnado en los pobres, padeciendo su misma necesidad” (2-IV-1960, p. 4).


En la edición del sábado anterior a la cuestación, matiza la importancia que la jornada puede tener para la Iglesia. Cáritas, dice, “tiene objetivos bien determinados y los procura con espíritu abierto y métodos técnicamente escogidos. Si ella los consigue, la Iglesia podrá atender con mayor eficacia, en las diócesis y en las parroquias a las necesidades de sus miembros. Y en todos los católicos las ideas de la justicia, del amor, de la liberalidad, de la magnificencia, habrán alcanzado mayor diafanidad” (11-VI-1960 p. 4).


Valoración social del Día de la Caridad

En vísperas de la 4ª cuestación, leemos: “Se ha consolidado entre las grandes jornadas nacionales, que celebran de común acuerdo todas las diócesis de España, el Día de la Caridad en la fiesta de Corpus Christi. El pueblo capta bien que la Iglesia le presente en una celebración ambivalente el amor máximo de Cristo a los hombres y el que estos han de prodigarse mutuamente” (23-V-1964, p. 3).

 

De 1947 a 1960.

Sin salirnos de la revista Ecclesia, la lectura del abundante material acerca de Cáritas deja la impresión de la cercanía de la Jerarquía a Cáritas y a todo lo relacionado con la caridad, y surge una pregunta ¿Por qué se tardó tantos años en instituir el Día de Caridad? No hay respuesta expresa, pero sí datos suficientes para pensar que la Iglesia estaba ideando algo más grande de lo que se había demandado. En las Asambleas se tiene claro que Cristo está en los pobres, que recibe como hecho a sí mismo lo que se hace a ellos y quiere darlo a conocer y exigir un sacrificio a los creyentes, por eso habla de situarlo en la cuaresma. Entroncarlo en la fiesta del Corpus, es acercarse a la fuente de la Caridad y requiere una preparación exquisita.


Las crónicas y conclusiones de las Asambleas anuales ponen de manifiesto que en la década 1950-60 Cáritas se propuso, entre otras, las siguientes metas: Potenciar la virtud teologal de la Caridad en todos los creyentes. Reunir a las instituciones dedicadas a la caridad para un trabajo en red, aportando cada una lo mejor de su carisma, sin perder su identidad, sus estatutos y economía.


Aplicar la doctrina social de la Iglesia. Lo que se vino llamando “la caridad inteligente” que comprende administrar bien los recursos no solo en orden a un servicio de calidad sino, sobre todo, que el servicio vaya encaminado a la erradicación de la pobreza. Conocer y aplicar las nuevas técnicas sociales y de comunicación. Investigar las causas de la pobreza para ir a la raíz de los problemas y adelantarse a crear los servicios precisos. Exigir a la Administración las facilidades que Cáritas necesita para realizar su misión y velar por el cumplimiento de una justicia equitativa, que el crecimiento económico no dé lugar a marginación. Con este bagaje y espíritu misionero, El Día de Caridad se lanzó a la calle un histórico jueves, 16 de junio de 1960.


También hemos podido contar con el testimonio de Reyes Criado, voluntario de Cáritas Vicaría VII desde hace 22 años y responsable de las Campañas en la Vicaría, entre ellas, la de Día de Caridad. La entrega y la solidaridad son dos grandes cualidades que encontramos en Reyes, haga frio o calor él está dispuesto a colaborar y a entregarse por los menos afortunados. Compartimos con vosotros lo que para él significa este Día tan señalado.


¿Qué significa para ti el Día de Caridad con motivo de la festividad del Corpus Christi?

Antes de contestar a la pregunta concreta me gustaría hacer un breve comentario de mi incorporación a Cáritas Diocesana hace ya 22 años. Fue con motivo de mi prejubilación. A través de unos amigos de la Parroquia Santa Rita contacté con la Vicaría VII, donde había un grupo que llevaba la logística del DIA DE CARIDAD.


Fueron tiempos muy distintos a los actuales. Con motivo de las campañas Llevábamos los materiales desde la Vicaría a las distintas parroquias de su ámbito, haciendo muchos kilómetros y lo peor era que en la mayoría de los casos no llegábamos a contactar con los párrocos y mucho menos con los equipos de Cáritas.


Con el tiempo se organizó el reparto y la entrega de materiales por Arciprestazgos y ahí ya vino un conocimiento y contacto con los responsables y voluntarios de cada uno de ellos.


Contestando a la pregunta planteada, diré que para mí el DIA DE CARIDAD, desde el comienzo ha sido muy importante en mi vida. Es un día muy grande, dónde se tiene la oportunidad de contactar con muchos voluntarios quienes aportan su granito de arena y ofrecen generosamente su tiempo y entrega no sólo el día de la cuestación, sino los días previos para que todo salga bien.


A modo de anécdota, diré que después de prejubilarme, sólo me ponía traje y corbata en los acontecimientos importantes (bodas, bautizos o reuniones especiales), pero el día de la cuestación para mí siempre ha sido un día de fiesta y por tanto de traje y corbata.


Salir a la calle, dando testimonio de nuestra fe es muy grande y solicitar la colaboración de las personas es una tarea tan gratificante, que sólo quien la vive puede sentir.


El DIA DE CARIDAD, es un día de júbilo, de alegría compartida con muchas personas voluntarias. Es una jornada que requiere entusiasmo e ilusión para estar presente varias horas en torno a la mesa, pero al mismo tiempo es un ofrecimiento personal al Señor por tantas cosas recibidas de EL, de forma gratuita.


Ese día me gusta coger una hucha y estar colaborando como uno más, acercándome a las personas que pasan cerca de la mesa, sintiendo las distintas reacciones de estas y que en muchos casos pasan de largo ante nuestro requerimiento de ayuda, pero cuando escuchan lo de “colabora con Cáritas”, dan marcha atrás y dicen: Ah, con Cáritas sí.

Durante todo el tiempo que llevo en Cáritas, vengo disfrutando de la amistad de muchos voluntarios, con los mantengo buenas relaciones, y con el personal de plantilla A todos nos une la voluntad de servicio, procurando remar en el mismo sentido para cumplir con la misión encomendada.


¿Por qué es importante esta celebración para Cáritas Madrid?

La iglesia es la casa que tiende la mano preferentemente a todas las personas que más lo necesitan, los últimos, los pobres, a los que más quiere el Señor.


Siendo Cáritas una diaconía de la Iglesia no le resulta ajeno el sufrimiento, desasosiego y penuria de tantas personas vulnerables y excluidas de nuestra sociedad, cuyos efectos se han agudizado por la pandemia que nos ha traído el Covid-19, hasta el punto de dejar sin recursos a muchas de ellas que se han visto apartadas de sus trabajos cotidianos, con lo que supone la carencia de lo más mínimo para llevar una vida normalizada.


Esta celebración es muy importante para Cáritas y tiene una doble finalidad. En primer lugar, dar a conocer a toda la población la labor que la Iglesia realiza en favor de los más necesitados, con un especial hincapié con su presencia y su acción socio caritativa a través de las parroquias. Y en segundo lugar realizar una cuestación que suponer un aporte económico fundamental para llevar a cabo la tarea que Cáritas Diocesana tiene encomendada, a través de numerosos Proyectos.


Afortunadamente la población de Madrid es consciente de la ayuda continua que Cáritas ofrece a este mundo marginado, y responde con una solidaridad que alcanza límites extraordinarios. El buen nombre de Cáritas está en todas las bocas de los madrileños y en la de todos los españoles en general.


¿Qué mensaje te gustaría transmitir a la sociedad madrileña en la celebración de este día?

En primer lugar, que reflexionen sobre las diferencias que existen hoy entre ciudadanos de nuestro país, en donde unos viven con sobreabundancia y otros apenas si disponen de lo más esencial para sus vidas.


Dios no desea esta situación, como nos vienen recordando nuestro Cardenal Arzobispo D. Carlos Osoro y el Papa Francisco. Para ello es necesario seguir dando una respuesta de solidaridad, como, afortunadamente viene ocurriendo. Los animaría a seguir combatiendo estas desigualdades exigiendo a los que nos dirigen una respuesta eficaz para luchar contra la misma.


Dadas las circunstancias actuales de crisis tenemos que seguir ayudando a los más débiles, compartiendo lo que tenemos, como ya se hacía en los primeros tiempos del cristianismo.


Transmitamos con convencimiento a la sociedad más cercana el lema de este año: PAN PARTIDO, ALIMENTO DE FRATERNIDAD”.

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