Cáritas Vicaría IV trabaja por la creación y el fortalecimiento de sus equipos de Cáritas Parroquial

Necesitamos crecer en la conciencia de que la acción caritativa y social de la Iglesia puede ser evangelizadora de muchas maneras: por lo que hacemos y por el modo como lo hacemos, por las motivaciones y el sentido de lo que hacemos, por los efectos de lo que hacemos y por los cambios que promovemos, por el acompañamiento y por el Mensaje del Evangelio que podemos anunciar en lo que hacemos.

Para llevar a cabo todo esto, se necesita un impulso en nuestras comunidades cristianas, para que la atención a los pobres sea testimonio auténtico y veraz de la fe que profesamos, y convocando a nuevos voluntarios, sepamos crear una estructura organizativa digna y suficiente para que sea cauce del amor de Dios y llegue a aquellos que más lo necesitan.

El Equipo de Cáritas Parroquial se define entonces como un grupo de personas organizadas con objetivos comunes que COORDINA toda la variada y rica acción socio-caritativa que la parroquia realiza. Su misión consiste en ayudar a la Parroquia a vivir comunitariamente el precepto de la caridad y la opción por los más pobres. Las funciones principales de este Equipo son cuatro: a) La Sensibilización de la Comunidad Cristiana y del barrio; b) El acompañamiento y la formación del voluntariado; c) La Acción Social a través de proyectos y servicios y por último; d) La coordinación con el tejido social del entorno: junta de distrito, asociaciones…
Desde Cáritas Vicaría IV, tenemos como meta impulsar en las parroquias la creación y el fortalecimiento de los Equipos de Cáritas Parroquiales. En gran parte de las parroquias la labor de Cáritas se limita a la Acogida, siendo ésta una tarea fundamental más no la única que se debe llevar a cabo.

Se han llevado a cabo dos jornadas con un grupo de parroquias de nuestro territorio.  Partiendo de una dinámica muy participativa, se han detectado dos dificultades que obstaculizan la creación/fortalecimiento del Equipo de Cáritas Parroquial. A partir de ahora, pasamos a convertir los obstáculos en desafíos que serán el punto de partida para ir trabajando paso a paso y para establecer unas líneas de acción, entrando así a la etapa de planeación. Al terminar las jornadas de trabajo cada parroquia se compromete a trabajar hasta el próximo encuentro las estrategias establecidas entre todos los participantes.