Cáritas que cuida, acaricia y libera
Cáritas Madrid 17 de Noviembre de 2017Una tarde con el equipo de acogida de Cáritas en la parroquia Virgen del Coro de Vicaría II
Una tarde con el equipo de acogida de Cáritas en la parroquia Virgen del Coro de Vicaría II.
Cáritas Madrid. 17 de noviembre de 2017.- Ningún otro grupo, proyecto o servicio de la red de Cáritas tiene en el nombre que le define una actitud que le totaliza e integra: Acogida…, acoger a personas; la puerta de entrada de la pobreza a la Comunidad Cristiana. Ahí nos la jugamos (en ser auténticos con la fe que profesamos, en vivir nuestras motivaciones en el compromiso..) y ahí empieza un camino de esperanza por recorrer. Una esperanza que va a la contra porque parte de la desesperanza ocasionada por la pobreza que vive la persona acogida. Un camino juntos, voluntarios y personas atendidas, que debe tener un final en un momento dado porque la persona debe reencontrarse con su autonomía y sus sueños de vida digna y en plenitud. Realmente no es fácil ser voluntario de Acogida, pues es duro ver de choque las situaciones y problemas de la gente, sus hundimientos y miedos, sus humillaciones, sus lágrimas. De ahí la importancia que le damos en Cáritas al discernimiento en equipo, a decidir entre todos y a tener unos criterios claros de intervención social y finalmente, a trabajar en red con otros.
El equipo de Acogida de la parroquia Virgen del Coro situado en Cáritas Vicaría II, formado por Begoña, Mari Mar, Teresa, Miguel Angel, María Luisa, Julián, Juan, José Luis, Isabel, Mari Luz, Domi y Nieves, acompañado por Santiago, el párroco, nos abre y acoge en su Comunidad parroquial para relatarnos cómo viven las tareas semanales y qué les aporta como personas voluntarias. Partimos para este rato fraterno de compartir, con unas preguntas a modo de despegue para el diálogo. Estas fueran sus respuestas y aportaciones:
¿Qué nos aporta el voluntariado en la Acogida en nuestra vida personal y cristiana?
-Formar parte de una Comunidad es para mí fundamental a la hora de estar en el equipo de Acogida. Ser personas distintas entre nosotros tiene su enriquecimiento pues me ayuda a saber escuchar a los demás y a escuchar la voz de Dios que me habla en mis hermanos.
- Salimos de la Acogida con mejor ánimo a cuando entramos a primera hora de la tarde, pues aunque desespera no tener más tiempo para acoger y atender con más calma a las personas, sientes que eres útil y que reconfortas y echas una mano a las duras situaciones que te cuentan. Siento que la tarea en Cáritas me va transformando.
- Me aporta mucho, pues siento que las personas que atendemos son amigos, son de la familia. Tras jubilarme y sentir que ya no vales y que no cuentan contigo, ser miembro de la Acogida me hace sentirme alguien.
- El hecho de cuidarnos entre nosotros, pues tenemos también momentos lúdicos, celebrativos, de merienda, nos hace no solo cultivar la amistad del equipo, sino que nos hace ser más fraternos y apoyarnos más, a veces desde la discrepancia a la hora de ayudar al que viene. Así, las cosas se ven de otra manera.
- Para mí el voluntariado es dar gracias a Dios. Me siento afortunada de poder participar en este equipo, porque das pero recibes mucho más de las personas. Eso se experimenta cuando se vive. También recibo mucho del equipo.
-Algunas tardes me quedaría más a gusto en casa, pero si no vengo, parece que me falta algo.
¿Cómo vives la experiencia de la frustración y del fracaso en la Acogida?
-La impotencia compartida en el equipo se hace más llevadera, la frustración es dura, pero me ayuda mucho cuando llego a casa y reflexiono lo vivido por la tarde en la parroquia.
-Siento desazón cuando tienes que tienes que ser educativa, y a veces no dar la respuesta que la persona quiere.
-A veces me voy a casa sintiéndome inútil, de no haber podido hacer nada por esa persona.
-Ocurre que puedo venir del trabajo “cargadita”, pero el compartir aquí me ayuda a dar sentido a las cosas. Vivo la tensión de las personas que vienen, mi preocupación de que no bajen más un escalón en el abismo de la pobreza.
-Es importante compartir nuestros miedos y fobias, prejuicios que todos tenemos.
-Tomar decisiones sobre otros no es fácil, se nos plantean dilemas morales.
Agradecemos a este equipo su actitud acogedora para estar disponibles en presencia y corazón y compartir sus vivencias en su compromiso social.