Cáritas parroquial y los jóvenes

Cáritas Madrid 22 de Julio de 2016

Jóvenes voluntarios nos cuentan su experiencia y testimonio de ayuda a los demás.

Jóvenes voluntarios nos cuentan su experiencia y testimonio de ayuda a los demás.


Cáritas Madrid. 22 de julio de 2016.- En la parroquia de Sta. Mª Madre de Dios de Tres Cantos, Vicaría VIII, hay un Equipo de Sensibilización integrado en su mayoría por gente joven. Curso a curso este equipo lleva a cabo, y con mucho éxito, distintos proyectos sociales en la parroquia y colabora en otros de otras tantas entidades de la ciudad. Campo de Trabajo en Linares ayudando en tareas de voluntariado, Orden de Malta donde contribuyen en el reparto de desayunos, Varita Solitaria donde tratan de encontrar y después entregar enseres y utensilios caseros a gente que no puede adquirirlos, Teatro donando lo recaudado a distintos programas como el dispensario de Benín (nación africana en el golfo de Guinea), comunicación acerca de las Campañas de Cáritas, etc, etc. Una de las acciones más recientes y novedosas es la de explicar a los de 1º de Juveniles de la Parroquia la función de la Cáritas Parroquial y las tareas que se desarrollan, apoyada por una toma de contacto directo con las tareas que allí llevan a cabo los voluntarios. He aquí algunas de sus experiencias y testimonios narrados por ellos mismos:


Marta L.

El jueves estuve en la parroquia de voluntariado con Cáritas. Lo primero que Carmen nos mandó hacer fue ir al ropero a colocar ropa. Nos explicó que la ropa de hombre incluidos los zapatos había que echarla en una bolsa que había preparada para llevar a los presos de la cárcel de Soto del Real. Luego había una caja donde teníamos que echar la ropa para niños. Por último la ropa de mujer la teníamos que colocar en unas baldas donde iban colocadas por tipos de prendas. 
Después de haber colocado la ropa que habían donado, Carmen nos decía como era la familia (cuántos hijos tenían, de que edades, cual era más o menos su situación...) y con esos datos nosotros les teníamos que preparar una bolsa con comida. Hicimos varias entregas de comida y nosotros mismos se las entregábamos a la familia. Por último junto con Carmen y dos personas que venían a pedir, nos fuimos al estanco a comprar un bono para ellos.

Esta experiencia me ha parecido súper interesante porque además de darte cuenta que la crisis también ha llegado a Tres Cantos puedes ver que a ti no te cuesta nada estar allí dos horas y gracias a gastar tan solo dos horas de tu tiempo puedes hacer que una familia tenga algo para comer todos los meses.

Así que supongo que iré de voluntaria a la parroquia. ¡Muchas gracias!


Ana L.

El jueves tuve la suerte de pasar la tarde colaborando con Cáritas, junto con dos amigas. Estuvimos  en el almacén de la Iglesia, repartiendo comida a la gente que lo necesitaba. Lo que más me impactó de la experiencia fue que había tanta gente en Tres Cantos que no tenía para vivir. No sabía que había tantas familias en necesidad en Tres Cantos y esto me ayudó a darme cuenta.

Me encantó la experiencia porque me encanta ayudar a la gente y espero poder repetir


Rafael N

Fue una experiencia muy positiva. Aprendí que hay mucha gente que no tiene los mismos medios que yo y cuando les ayudas te dan las gracias un montón de veces. También me quedé sorprendido con todo el trabajo que tenía Carmen. Era súper maja y nos lo explicó muy bien todo el tema y disfrutaba ayudando a la gente.

Esta experiencia me encantó y reflexioné sobre bastantes cosas. Repetiría esta experiencia.


Cristina F

Fue una experiencia un poco triste, sobre todo cuando Carmen nos contó que había dos familias compartiendo la misma casa. Estaba todo un poco desordenado y amontonado. Me pareció muy bonito que la gente diera sus cosas que ya no usaba a gente pobre.

Fernando P

Cuando estuve de voluntario en Cáritas el jueves, conocí a Carmen, la voluntaria que se encarga de recibir a las familias, así como ver lo que necesitan y en que “nivel” de pobreza están. También conocí a Marta, que se encargaba de doblar la ropa que llegaba y distribuirla para los distintos sitios a los que va, ya sea la cárcel o para gente que lo necesite.

Esta experiencia me ayudó a comprender que es lo que impulsa a la gente a hacer voluntariado: la sonrisa de las personas cuando les cuentan lo que hacen y la forma tan maravillosa de agradecerte ese detalle que tienes con ellos. También conoces a esa gente que anda detrás de todo, pero que no necesitan darse a conocer. En definitiva me encantó.

Laura D

Y es en ese instante en el que te paras a pensar en las vueltas que da la vida, que hoy estás aquí, pero que mañana no lo sabes, que unos días estas en lo más alto y que otros sobrepasas los niveles del subsuelo, y vas a hacer un voluntariado y tienes el deber de hacer sentir feliz a alguien en tus manos, aunque solo sea por unos momentos, y sientes la obligación de dar las gracias por todo lo que tienes, porque si, que a lo mejor nuestra vida no es la mejor ni muchísimo menos, pero que tenemos la suerte de tener todo lo que necesitamos, pero cuando llegas y la experiencia te llena y te das cuenta de lo que de verdad ocurre en el mundo, maduras un poco más, maduras interiormente al poder afirmar todas esas cosas de las que mucha gente habla y que hace poco tiempo no podías ni afirmar ni negar. Te sientes bien y aprendes de la gente que estás ahí, cada jueves, con el propósito de hacerte feliz, un poquito más cada día, aprendes de ellas y sientes la necesidad de seguir ayudando.

Y si, que muchas veces nos quejamos cuando no nos hacemos una idea de la suerte que tenemos y cuando vas, y ves las sonrisas que te dan y la gratitud que te ofrecen, puedes decir con total seguridad, de verdad que esto merece la pena.

Mi experiencia el jueves fue muy positiva, porque ayudamos a preparar las cosas que cada persona necesitaba, y cuando se lo entregabas, te regalan una sonrisa, y te sientes bien contigo misma al saber que has ayudado un poquito a una persona, que podrías ser tu perfectamente.

 

JLMA

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