Cardenal Osoro invita a contemplar la realidad como la Virgen y «ver a todos los hombres como imágenes de Dios» en la misa de La Paloma

Cáritas Madrid 16 de Agosto de 2019

El cardenal Osoro presidió la Misa solemne de La Paloma animándonos a que adoptemos su modo de vivir, sus obras y su manera de anunciar.

El cardenal Osoro presidió la Misa solemne de La Paloma animándonos a que adoptemos su modo de vivir, sus obras y su manera de anunciar.


Cáritas Madrid. 16 de agosto de 2019.- «Sabéis que este cuadro de la Virgen María no tiene gran valor pictórico, ¿quién le ha dado valor? Vuestra fe, la fe del pueblo, ahí vosotros y tantas gentes anteriores a nosotros, de ayer y de hoy, vieron y seguimos viendo a nuestra Santísima Madre, que nos mira, nos invita a vivir con la originalidad cristiana y a anunciar a todos los hombres dónde está el camino, la verdad y la vida del hombre». Así ha arrancado la homilía del cardenal Osoro este jueves, 15 de agosto, en la fiesta de la Virgen de la Paloma, cuya historia está llena de «ternura» con el pueblo de Madrid.


El arzobispo ha invitado a contemplar la realidad como la Virgen y «ver a todos los hombres como imágenes de Dios», sin distinción «entre libres y esclavos, hombres y mujeres, pues todos son hijos de Dios». «Urge en unos momentos donde se quiere instaurar en la historia de la humanidad lo que en otras épocas se implantó: había hombres sobrantes», ha advertido.

Dirigiéndose especialmente a los «discípulos de Cristo», el purpurado ha alentado a tener el «corazón» de María y ha abundado en que «hemos de estar en todos los lugares donde exista una necesidad del ser humano, donde se cuestione la dignidad». «Todos son hijos de Dios; algunos no lo saben, pero se enterarán por los gestos y las obras que hagamos con ellos», ha aseverado.

En este sentido, ha subrayado que «la gran dadora del anuncio de la presencia de Dios entre los hombres es la Santísima Virgen María» y, volviendo la vista al rosario que porta en el cuadro que rescató Isabel Tintero, ha incidido en que «nos enseña cómo ser discípula misionera»: «Ella lo fue, participando de una manera activa en los misterios gozosos, dando presencia a Dios en este mundo; también en los misterios dolorosos, donde siente el dolor de madre viendo cómo da su Hijo la vida por nosotros; en los misterios gloriosos participando de la gloria de su Hijo que regala y conquista para todos los hombres; en los misterios luminosos con los que el hombre encuentra la luz, se hace discípulo misionero y crece como discípulo».

Veneración y procesión

 Al término de la Eucaristía, en la que han concelebrado el vicario general, el canciller del Arzobispado y el párrroco, entre otros, se ha procedido al tradicional descendimiento del cuadro de la Virgen por parte del Cuerpo de Bomberos, para así dar comienzo a la veneración a Nuestra Señora de la Paloma.

Fuente: www.archimadrid.org

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