Caminos de esperanza en tiempos de incertidumbre

Cáritas Madrid 16 de Octubre de 2019

La familia de Cáritas Vicaría II, acompañada por el ex secretario general de la entidad, Sebastián Mora, celebró este lunes en la Parroquia de San Juan Evangelista su encuentro anual de voluntarios con una reflexión sobre el papel de los agentes de Cáritas en la sociedad actual.

La familia de Cáritas Vicaría II, acompañada por el ex secretario general de la entidad, Sebastián Mora, celebró este lunes en la Parroquia de San Juan Evangelista su encuentro anual de voluntarios con una reflexión sobre el papel de los agentes de Cáritas en la sociedad actual. 


Cáritas Madrid.16 de octubre de 2019.- ¿Qué tiempo nos toca vivir? "No sabemos lo que nos pasa y eso es lo que nos pasa", decía Ortega y Gasset. Estamos inmersos en tiempos complejos y cambiantes: cuando teníamos las respuestas, nos cambian las preguntas. La realidad nos dice otra cosa. Vivimos en una condición social de incertidumbre. Antes, el futuro era una promesa, ahora el futuro es una amenaza. Ya no hay cambios en el mundo: es el mundo el que está cambiando; y más con la crisis y devastación del Planeta. Estamos instalados en la experiencia antropológica de la perplejidad. Vivimos encrucijadas que tenemos que discernir. Los automatismos, recetas y formas de estos años, ya no valen. 

Este es el marco reflexivo en el que nos situó Sebastián Mora, ex secretario general de Cáritas Española, a los 186 voluntarios que acudimos al Encuentro anual que cada año celebramos en Cáritas Vicaría II cuando comienza el otoño y que nos ofreec un espacio de reflexión y sentido de pertenencia a Cáritas. 

 

Junto a Sebastián pudimos reflexionar sobre los siguientes temas:

-La construcción social de la impotencia: La tendencia a pensar que nada puede cambiar  y al que trata de cambiar le tachan de "buenista". Los agentes de Cáritas somos "buenistas" porque queremos transformar este injusto mundo y porque si hay "buenistas" es que hay "malistas", cuyo eje lógico no es cuidar el bien y la dignidad humana.
-La lucha contra el mantra del "no hay tiempo": sin tiempo no hay relación humana, sin tiempo no hay comunidad. Necesitamos perder el tiempo para ganar el tiempo.
-El individualismo feroz, el todo desde el yo: el tener que sonreír a todo porque si no sonríes, mueres...ese estoy enfermo y tengo que sonreír. "Tu esperanza soy yo".

 

Y desde ahí, señalamos los caminos para vivir la esperanza: 
-Bajar al dolor del mundo; no se puede vivir la esperanza si no se comparte la desesperanza. Cuando la vida está en riesgo, brota la esperanza. Es la vida entregada.
-Cambiar las pequeñas cosas de cada día, ser "fueguitos de esperanza", que decía Galeano, cada uno alumbrando desde sus posibilidades.
-Vivir la espiritualidad con los ojos fijos en el Señor Jesús. Una espiritualidad que celebra la vida, que vive lo profundamente humano. "No os dejéis robar la esperanza", afirma el papa Francisco.

Vivimos en una sociedad que no nos deja vivir la esperanza, por ello el futuro del mundo dependerá de si vivimos la espiritualidad.

 

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