Cada niño o niña, un sueño; cada derecho, un acto para volar alto

“Enseñarás a volar, pero no volarán tu vuelo… Enseñarás a soñar, pero no soñarán tu sueño.” Con esta cita que tanto repetía la madre Teresa de Calcuta, tomada del poema del escritor chileno Raúl Argüello, nos unimos hoy a ese vuelo simbólico de globos que lanzamos —esta vez de forma virtual— para recordar y defender los derechos de la infancia.

Este 20 de noviembre, desde Cáritas diocesana de Madrid nos sumamos a la celebración del Día Internacional de los Derechos de la Infancia y a la campaña “Un globo, un derecho”, cuyo objetivo es promover el compromiso y la acción colectiva en favor de la protección, promoción y cumplimiento efectivo de los derechos de la infancia y la adolescencia. Una acción que invita a toda la sociedad a construir una cultura basada en el respeto, la participación y la justicia social, donde todos los niños, niñas y adolescentes puedan desarrollarse plenamente.

Desde nuestra entidad social contamos con proyectos específicos dirigidos a la infancia y la juventud, para garantizar la igualdad de oportunidades sea cual sea la situación socioeconómica o familiar de cada persona. Porque el acceso a las oportunidades no es un privilegio: es un derecho. Todos los niños y niñas tienen derecho a jugar, a ser tratados con cariño, a estudiar, a soñar con su futuro.

Hoy, además, compartimos esta oración que nos ayuda a poner en el centro a quienes más necesitan nuestro compromiso.
 

Oración por el Día de los Derechos de la Infancia
 

Señor, hoy elevamos nuestra voz y nuestro corazón por todos los niños, niñas y adolescentes del mundo.
Te damos gracias por su alegría, su mirada limpia y su capacidad de soñar.
Gracias por recordarnos, a través de ellos, que la vida es un regalo que debemos cuidar con ternura y responsabilidad.
Te pedimos, Señor, que nos enseñes a mirarlos como Tú los miras: con amor, respeto y esperanza.
Que sepamos escuchar sus voces, acompañar sus pasos y defender con valentía sus derechos: el derecho a la vida, a la educación, al juego, a la protección y a ser escuchados.
Ilumina a las familias, a las comunidades y a quienes tienen responsabilidades públicas, para que sus decisiones siempre busquen el bien de los más pequeños.
Que nuestro compromiso, desde Cáritas y desde cada rincón de la sociedad, sea reflejo de tu amor y de tu justicia.
Haznos instrumentos de paz y de esperanza, para que juntos construyamos un mundo donde todos los niños y niñas puedan crecer en dignidad, alegría y libertad.
Señor, bendice nuestra tarea y fortalece nuestro corazón, y haz que cada uno de nosotros seamos defensores de la infancia, guardianes de sus sueños y sembradores de un futuro mejor.
Amén.