Ayudar con la cabeza, acoger con el corazón
Cáritas Madrid 2 de Agosto de 2018Artículo escrito por Almudena Jimeno Sanjuán (voluntaria de la Pª Nuestra Señora del Perpetuo Socorro) y publicado en la la revista Icono, n.º 5, 2018
Cáritas Madrid. 2 de agosto de 2018.- El voluntario de Cáritas en las acogidas parroquiales vive en una permanente tensión entre dos polos, y es, por otra parte, deseable que así sea.
Ante las situaciones de necesidad, el deterioro de las circunstancias personales, la desestructuración familiar, la precariedad laboral o la indeseada soledad de quien acude a pedir ayuda, es imposible no sentir la urgencia de aliviar al hermano desfavorecido. El corazón se conmueve y ¿quién no ha tenido alguna vez el impulso de actuar de forma inmediata y, personalmente, llenar ladespensa, cancelar esa deuda acumulada, pagar la factura a la que no se puede hacer frente e incluso dar trabajo o procurar cobijo?
Pero el voluntario debe tener siempre presente que no actúa en su propio nombre, sino como parte de una organización especializada en la ayuda a personas en situación de vulnerabilidad y que, al integrarse en ella, dispone de una serie de recursos, pero también, ha de ajustarse a unas pautas. Es asimismo fundamental ser consciente de que, como miembros de Cáritas, somos meros depositarios del fruto de la generosidad y el esfuerzo de muchas personas, que nos lo confían en la seguridad de que vamos a darle el uso más eficaz. Y eso nos obliga a administrarlo de un modo exquisitamente escrupuloso y responsable.
De ahí la exigencia de determinados documentos que certifiquen la situación de las personas que ayudamos; de ahí, también, la necesidad de estudiar cada caso desde una perspectiva integral, que tenga en cuenta todos los ámbitos de la persona (familia, salud, formación, empleo, vivienda, economía, situación jurídica…),para tratar de identificar dónde radica el origen de sus dificultades y cómo podemos incidir sobre ello,desencadenando asíun proceso de normalización, que deseablemente culmina cuando la persona deja de necesitarnos.
Todo será, sin embargo, labor estéril si no contamos con la implicación de las personas en su propio proceso. La labor del voluntario es siempre acompañar, proponer, orientar, descubrir potencialidades, apoyar, motivar… pero ellos deben ser los protagonistas y asumir un papel activo. De ahí, también, la importancia de fijar periódicamente objetivos y firmar un compromisoconjunto de actuación, sin perder de vista que nuestra ayuda ha de vincularse siempre a la promoción de la persona.
A veces, por tanto, lo más fácil e inmediato, lo que nos pide el corazón no es lo más adecuado ni lo que mejor puede ayudar a que la persona recupere su dignidad y su autoestima, tome las decisiones que le permitan volver a dirigir las riendas de su destino y pueda avanzar en su camino hacia el bienestar.
Por otra parte, no debemos olvidar nunca dónde estamos y por qué hemos elegido Cáritas para encauzar nuestra actividad como voluntarios. Como miembros de la comunidad cristiana estamos llamados a materializar el amor fraterno, ese que no entiende de cálculos ni papeleos, que no juzga ni rechaza a nadie. No podemos, por tanto, convertirnos en una fría ventanilla que recoge solicitudes, pone plazos y exige requisitos. Nuestro talante ha de ser otro.
Formarnos más para servir mejor
Consciente de las tribulaciones de sus equipos de acogida, Cáritas está realizando un enorme esfuerzo de formación, para capacitar a sus voluntarios y dotarles de herramientas que les permitan desenvolverse mejor en su labor. En la diócesis de Madrid, contamos con el Centro de Estudios Sociales, que ofrece una amplia variedad de cursos y seminarios en diversos horarios, muchos de ellos abiertos también al público en general. La agenda y el catálogo de cursos puede consultarse en la web https://www.caritasmadrid.org/centro-de-estudios-sociales
De forma más específica, nuestro arciprestazgo organiza anualmente también cursos de formación para las acogidas parroquiales. Este curso, las sesiones mensuales se están impartiendo en los locales de la parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, con asistencia de voluntarios de las distintas parroquias del arciprestazgo.
En cada sesión, preparada con mimo por nuestras personas de referencia en el Arciprestazgo, Miriam y Carolina, se trabaja uno de los aspectos de la acogida de forma participativa, y es una magnífica oportunidad para actualizar la información sobre recursos (tanto de Cáritas como externos), intercambiar experiencias o plantear dudas sobre casos reales, además de conocernos mejor y reflexionar juntos sobre nuestra tarea.
Así, hemos ido recordando los aspectos básicos de la acogida, aprendiendo nuevas claves para la escucha, revisando las áreas de intervención, adquiriendo nuevas destrezas para poder ofrecer una atención más cercana y personalizada, ampliando nuestros conocimientos sobre ayudas y programas públicos y privados de atención a personas desfavorecidas, mejorando nuestra información de los propios recursos de Cáritas: servicios de empleo, jurídico, de vivienda…
En definitiva, cultivando nuestros talentos, como nos pedía el propio Jesús en su parábola, para multiplicar la eficacia de nuestra ayuda.