Así termina la última sesión del curso de Monitor/a de Tiempo Libre en formato digital

Cáritas Madrid 30 de Mayo de 2020

Como Escuela de Tiempo Libre, máxime, como Escuela de Tiempo Libre de Cáritas Madrid, tenemos la obligación de dotar a nuestro alumnado con la formación necesaria para desarrollar correctamente su tarea. Pero, nuestra misión nos obliga a ir más allá, porque lo que el corazón nos dicta, que tenemos que formar grandes educadores y profesionales.

Hoy, por fin, termina esta edición, que quedará en nuestros corazones y recordaremos siempre. Además tenemos que destacar que en la historia de la Escuela, esta es la primera edición en este formato, y esperemos que también sea la última.

 

Cáritas Madrid. 30 de mayo de 2020.- Hoy termina el curso 148 de Monitor/a de Tiempo Libre que comenzamos en octubre en la Escuela de Tiempo Libre de Cáritas Diocesana de Madrid. Este curso presencial tenía que haber terminado el sábado 21 de marzo, pero, debido a la declaración de estado de alarma, nos vimos obligados a suspenderlo temporalmente.


Al tratarse de un curso homologado por la Comunidad de Madrid, la Escuela de Tiempo Libre de Cáritas Madrid ha tenido que esperar a las directrices emitidas por el gobierno, así como por las diferentes situaciones personales de las/os profesores y alumnas/os que se han vivido por motivo de esta crisis.


Hoy, por fin, termina esta edición, que quedará en nuestros corazones y recordaremos siempre. Además tenemos que destacar que en la historia de la Escuela, esta es la primera edición en este formato, y esperemos que también sea la última.


En momentos como los que estamos viviendo, en general se valora la formación on-line, ya que uno de sus grandes pluses viene derivado de poder formar alumnos desde sus propios hogares, evitando desplazamientos innecesarios. Ayuda a las personas a no tener que frenar en seco su motivación al aprendizaje ni sus ganas de mejorar sus habilidades tanto a nivel laboral, social o personal. Si bien es cierto, este tipo de formación nos brinda inmensas posibilidades para continuar con nuestra labor. Pero, y si nos preguntamos ¿qué pasa con aquellos espacios, de mayor carácter social, que requieren aprendizajes humanizantes y cercanos? Efectivamente, aquí podemos seguir usando la formación online para todo lo que aborda el campo teórico, pero hay un ámbito en que el es imposible dotar de calidad el aprendizaje del alumnado, y es el de la cercanía a las personas más necesitadas, sobre todo los menores.


Durante el tiempo que llevamos desde que se inició la pandemia, la sociedad nos hemos convertido en espectadores de todo tipo de situaciones. Desde unas un tanto más normalizadoras, hasta otras que se quedarán guardadas en nuestro corazón por la indignación que han generado en la sociedad y el dolor que cauzaron en las personas afectadas. Situaciones como menores que han tenido que abandonar el sistema escolar por la imposibilidad de acceso a los medios electrónicos necesarios para continuar con sus estudios, así como padres sufrientes por no poder ayudar a sus hijos dado que sus condiciones económicas les imposibilitaban el gran desembolso que requiere adquirir un ordenador o una tablet, y crear un hogar "conectado" con las necesidades actuales. También hemos visto en los Medios de Comunicación como, personas contratadas de residencias de mayores, o de menores discapacitados, ya sea por enfermedad sobrevenida, como por el terror a ser contagiados, abandonaron sus puestos de trabajo para evitar contagiar o ser contagiados... ¡Cuántas personas han sufrido directamente por estos abandonos! Y precisamente esta cuestión es la que os queremos trasladar... 


Como Escuela de Tiempo Libre, máxime, como Escuela de Tiempo Libre de Cáritas Madrid, tenemos la obligación de dotar a nuestro alumnado con la formación necesaria para desarrollar correctamente su tarea. Pero, nuestra misión nos obliga a ir más allá, porque lo que el corazón nos dicta, que tenemos que formar grandes educadores y profesionales. Que sí, que sepan trabajar bien, pero también profesionales que sepan adelantarse a circunstancias sobrevenidas y dar una respuesta compasiva, humana y sensible a todas la situaciones que la historia de la civilización pueda presentar. No olvidemos que la función de un educador es la de estar CERCA de la persona que le necesita, para evitar al máximo situaciones de dolor o sufrimiento.

 

Por éste, y posiblemente más motivos que no hemos podido contar, deseamos que, aunque conseguimos finalizar el curso de forma exitosa, las próximas ediciones nos permita desarrollar nuestra labor de una forma presencial, pero si las discunstancias lo exigen seguiremos teniendo la capacidad de adaptarnos a las necesidades del momento.

 

Gracias a todo el equipo de profesores que han hecho posible este fin de curso, así como a los alumnos por la dedicación y empeño que pusieron en ello.





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