Ascensión del Señor: "Id por el mundo compartiendo el evangelio"

Pilar Algarate 12 de Mayo de 2024

Lecturas de la Festividad de la Ascensión: Hch 1, 1-11; Sal: 46; Ef 1, 17-23; Mc 16, 15-20

Hoy celebramos la fiesta de la Ascensión del Señor. A los 40 días de su Resurrección, Jesús asciende a los cielos. El número cuarenta es un número bíblico que simboliza el cambio de una etapa a otra, un período completo para alcanzar la madurez hacia otra realidad. El pueblo de Israel había pasado cuarenta años en el desierto; cuarenta días estuvo Elías en el monte Horeb; Jesús pasó 40 días en el desierto hasta estar preparado para iniciar su misión. Ahora hace a los apóstoles vivir un proceso de 40 días en el que se van sucediendo las apariciones para ir preparándolos a la misión que les va a encomendar.

Ha llegado el tiempo de la Iglesia, el tiempo del testimonio y de la misión. Es el tiempo de los discípulos de Jesús. A Él le hemos escuchado y visto, posiblemente le hayamos acompañado en su caminar terrenal. Ahora contemplamos su subida al cielo.

No podemos quedarnos mirando al cielo, quietos, sin hacer nada. Somos protagonistas de la fuerza expansiva de la salvación de Dios. Ya no puede haber fronteras ni diferencias territoriales, ni culturales, ni separaciones lingüísticas, ni de clase social, para recibir el mensaje de Jesús. La expansión de la salvación es constante hasta nuestros días. A nosotros nos corresponde continuar esta tarea: proclamar el Evangelio.

Los signos de nuestra misión son distintos a los que describe el texto evangélico. Pero a la predicación del Evangelio le deben acompañar los signos. No debemos vivir diluidos en formas cómodas de vida. No podemos diluir el Evangelio en mensajes fuera de los contextos determinados. Pongamos entusiasmo e ilusión para mostrar el gran tesoro que llevamos en nuestro corazón. Cada un de nosotros somos ese "Teófilo" que habla Lucas y cada uno de nosotros podemos facilitar que otros "amigos de Dios" (Teófilo) tenga la oportunidad de conocer en profundidad el mensaje evangélico. Ha llegado el tiempo de proclamar el Evangelio.

En estos tiempos de crisis cada uno parece que va a lo suyo, que las fuentes de la solidaridad corren el riesgo de secarse. Tú Señor nos invitas a ascender, a crecer pero en humanidad, en calidad de vida.

Es tiempo de celebrar cómo crecen entre nosotros pequeños gestos de apoyo mutuo, de solidaridad. Queremos celebrar que Tú estás en el fondo de ellos, que Tú eres su fuente. Que Tú que nos enviaste a anunciar tu Reino, a evangelizar nos sigues sosteniendo y acompañando.

58º Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales

El domingo 12 de mayo se celebra la 58º Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. «Inteligencia artificial y sabiduría del corazón: para una comunicación plenamente humana» es el tema que propone el Santo Padre.

En este mensaje, el Papa reflexiona sobre la evolución de la llamada “inteligencia artificial” y su impacto en la información, la comunicación y la convivencia civil. Se plantea preguntas fundamentales como: ¿qué es el ser humano? ¿Cuál es su especificidad en la era de las inteligencias artificiales? ¿Cómo podemos seguir siendo plenamente humanos y orientar el cambio cultural actual hacia el bien?.

El Pontífice mira con admiración y preocupación la evolución de los sistemas que están "modificando radicalmente incluso la información y la comunicación" y, "algunos de los fundamentos de la convivencia civil".

El Papa nos invita a no caer en lecturas catastrofistas y a abordar estos desafíos desde el corazón humano. Propone que, para comprender la novedad de nuestro tiempo, necesitamos una mirada espiritual y una sabiduría del corazón. Solo así podremos orientar la inteligencia artificial hacia una comunicación plenamente humana.

La respuesta no está escrita, depende de nosotros: "Depende del hombre decidir si se convierte en alimento de algoritmos o si alimenta su corazón con libertad" Papa Francisco.

VER MENSAJE ÍNTEGRO

Lectura del Evangelio Mc 16, 15-20

Y les dijo: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos». Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a predicar por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.

Cuestionario para la reflexión y el diálogo

Ante la fiesta de la Ascensión de Jesús a los cielos, podemos hacernos varias preguntas para que nos ayuden a celebrar y a profundizar en todo su significado.

1.- Al contemplar la subida al cielo, ¿le damos gracias de corazón a Jesús por todo lo que ha hecho por nosotros?, ¿y por todo lo que nos ha enseñado?

2.- ¿Seguimos sintiendo su presencia entre nosotros?, o ¿consideramos que se "marchó" y ha quedado, eso sí, con un buen recuerdo?

3.- Contemplar alguna imagen o cuadro que recoja la escena de la Ascensión de Jesús. ¿Qué descubro en ella?, ¿cómo y dónde me colocaría yo en la escena?.

"En la Ascensión de Jesús está la promesa de nuestra participación en la vida junto a Dios. Llevémosla en el corazón por los caminos del mundo"

Papa Francisco

 

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