¡Aquí, si hay quien viva!
Cáritas Madrid 30 de Abril de 2018Un grupo de personas voluntarias de Cáritas Vicaría I visita el Centro Residencial "JMJ 2011"
Un grupo de personas voluntarias de Cáritas Vicaría I visita el Centro Residencial "JMJ 2011".
Cáritas Madrid. 30 de abril de 2018.- Terminamos nuestro calendario de visitas del trimestre en el Centro Residencial JMJ 2011, donde Ana y Sara, dos de las tres personas de referencia que trabajan en el residencial nos explican cómo se organiza un centro que cuenta con 130 alojamientos temporales tutelados para colectivos especialmente vulnerables que permite desarrollar actividades de bienestar social de los alojados.
“No se trata solo de darles una llave para que puedan disfrutar de un alojamiento. La gente llega en un momento crítico y con un gran deterioro psicológico. El camino hasta llegar a JMJ ha sido muy duro y aquí les damos una solución a su problema de vivienda y un programa de apoyo psicosocial para la recuperación de habilidades que permitan la plena autonomía y su retorno a una vivienda normalizada”, comenta Ana.
El equipo se completa con tres religiosas que forman el Equipo de vida, dos psicólogos y unos 20 voluntarios, que realizan un acompañamiento individual y grupal.
Reyes, Fabiola y Teresa son las tres franciscanas misioneras de la Madre del Divino Pastor que conviven en el residencial con las familias. Nos han acompañado durante la visita para mostrarnos lo dichosas que se sienten con la labor que les ha tocado desarrollar. “Es una gran fortuna convivir con estas familias, se crea un vínculo muy cercano que nos enriquece a todos. Realmente recibes mucho más de lo que das y nos permite vivir al lado de los pobres, que es nuestra vocación”, comenta Reyes.
Ellas están para todo lo que haga falta, 24 horas al día y todos los días del año. Acompañan a los padres a los trámites del colegio si lo necesitan, van con ellos al centro de salud y les atienden si están hospitalizados. Los imprevistos son continuos, como en cualquier familia, comenta Reyes, nunca sabes lo que te vas a encontrar. Hoy mismo han tenido que hacer de “canguros” y quedarse con un niño pequeño toda la noche porque su madre estaba enferma.
Las familias llegan a través de la parroquia o desde el Servicio Diocesano de Vivienda. Desde el momento en que llegan, entran en un programa basado en diez áreas de actuación desarrollado con el objetivo de favorecer la autonomía tanto de la persona, como de la familia. “Una vez que disponen de una vivienda digna van a contar con todo nuestro apoyo, pero son ellos los que tienen que tomar las riendas de su vida” comenta Sara.
Para desarrollar toda esta labor resulta imprescindible la colaboración de los voluntarios que les apoyan en el área económica, de vivienda, salud, actividades de ocio, desarrollo personal, familia, relaciones, empleo, formación y jurídica. Todas estas facetas se trabajan según las necesidades de cada persona pensando siempre en la salida, porque desde el momento en que la familia entra en una vivienda se empieza a trabajar con un plan que les permita mejorar las condiciones para normalizar su situación.
Agradecemos al equipo de JMJ su calurosa acogida y la entrañable mañana que hemos pasado juntos. Nos llevamos en el corazón el consejo que nos han dado las hermanas de la Divina Pastora para vivir en un mundo mejor: La clave es tener siempre la puerta abierta.