Aquí aprendemos juntas

Cáritas Madrid 21 de Febrero de 2017

Visitamos el Centro Educacional de Adultos (C.E.T.A) en la parroquia Nuestra Señora de la Paz de Cáritas Vicaría IV

Visitamos el Centro Educacional de Adultos (C.E.T.A) en la parroquia Nuestra Señora de la Paz de Cáritas Vicaría IV.

 

Cáritas Madrid. 21 de febrero de 2017.-Desde hace cuatro años, la parroquia de Nuestra Señora de la Paz, de la Vicaría IV de Cáritas Madrid, desarrolla un Proyecto de Educación de Adultos (C.E.T.A.) que da servicio a todo el Arciprestazgo.


Los martes por la tarde entre las 17:30 y las 19:30h, asisten habitualmente entre catorce y quince mujeres, casi todas ellas de origen marroquí a aprender castellano. También se imparte por las mañanas un taller de enseñanza del español al que asisten cinco hombres, que no tienen trabajo en este momento.


El taller está organizado por Bárbara, trabajadora social de la Parroquia Nuestra Señora de la Paz y es coordinado por Pilar, voluntaria de Cáritas que también se encarga de dar las clases de matemáticas a los adultos. También cuentan con Isabel y Kika, voluntarias profesoras de lengua y con Rosa, que también da apoyo como maestra.


Mientras tienen lugar las clases se presta un servicio de guardería para atender a los hijos de las alumnas y alumnos que están aprendiendo. Del mismo se encarga Sukaina, que es hija de Ratzida, una de las alumnas y que voluntariamente, cuida a entre 11 y 15 niños de entre cero y siete años.

 

En el taller se imparten clases de lengua, matemáticas y cultura general. En matemáticas se enseña a las mujeres a sumar, restar, multiplicar y dividir y se les ponen problemas sencillos. En lengua se les enseña a leer y a escribir, se hacen dictados y ejercicios de comprensión lectora, de vocabulario y se les enseña poco a poco a redactar.


Uno de los principales problemas del taller es que los alumnos tienen niveles muy dispares, lo que hace que muchas veces las profesoras tengan que atender de forma individualizada a cada alumna y a cada alumno. Adaptando el contenido de las clases a lo que cada una o cada uno necesita aprender.  Además apenas tienen tiempo para practicar en casa lo aprendido en las clases, ya que la mayoría tienen hijos pequeños, que las requieren mucha atención.


Las profesoras atienden a las mujeres con mucha paciencia, comprensión y dedicación. El ambiente que se respira en el taller es muy bueno, se nota que todas se conocen y se tienen cariño. Las alumnas están muy contentas y agradecidas. Igualmente se trabaja con el grupo de hombres, que tienen todavía más ganas de aprender el idioma  para poder tener una oportunidad en el mercado laboral.


La labor de las voluntarias en este taller es impresionante, damos las gracias a todas por recibirnos y a la Parroquia de Nuestra Señora de la Paz.

 

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