“Aprendimos a ponernos metas, luchar por ellas y conseguirlas”

Cáritas Madrid 2 de Abril de 2018

Cáritas Vicaría V se acerca a conocer la labor que realiza la asociación “ConCuidado, para estudiar cómo podemos colaborar

Cáritas Madrid. 2 de abril de 2018.

Cáritas Vicaría V se acerca a conocer la labor que realiza la asociación “ConCuidado", para estudiar cómo podemos colaborar, en uno de los centros que tienen en el Paseo de Santa María de la Cabeza.


Eran las nueve de la mañana de un día sin lluvia, pero frío, casi nadie por la calle a pesar de encontrarse a pocos metros de Marcelo Usera. Estamos en medio de un grupo de bloques de viviendas modestas, en un entorno agradable, parques para niños y una sensación de tranquilidad acogedora, sin embargo, algo llamaba la atención, había algunas pancartas en las ventanas reclamando seguridad en el barrio y espacio para jugar los niños sin riesgos, sorprendente.


Después de algunas vueltas para encontrar la entrada aparece Ana, una de las chicas que hace algunos años se embarcaron en el proyecto y nos indica la entrada, iniciamos una charla, presentaciones y bienvenidas y en seguida aparece Xiomara el otro cincuenta por ciento del alma de Con Cuidado. Poco a poco y mientras nos enseñan el centro nos van contando la situación, las pancartas que nos dieron la bienvenida son contra el centro.


Estaban realmente desbordadas por el conflicto, el lugar donde nos encontramos es una pensión para personas procedentes de distintos servicios sociales cuyo perfil, según nos cuentan, no coincide  con el de personas sin techo, en general porque no son capaces de encajar "el  vivir en un albergue" con muchísima gente y están o pretenden estar en situación de salida de la precariedad, de forma que, en un lugar de estar en un albergue,  están en una pensión con una cierta intimidad y con un nivel de dignidad asumible. En el paseo por el centro nos encontramos con Dolores, una señora de edad indefinida, pero con las arrugas que hablaban de su historia sin decir nada, no llegamos a saber de su historia, pero nos enseña su habitación, no sin antes disculparse por no estar ordenada, anuqué la verdad estaba en perfecto estado, una habitación austera pero cómoda y limpia, también apareció con su madre un chiquitín de unos tres o cuatro años que nos hizo una demostración de habilidades con pompas de jabón. No había mucha gente ya que están trabajando fuera, algunos otros saliendo en este mismo momento a trabajar.Nos cruzamos con un hombre que no llegaba a la cincuentena y que salí de la pensión perfectamente trajeado, en la Gran Vía no se hubiera diferenciado de otros tantos que a esa hora misma van a sus trabajos.


Esta realidad palpable chocaba con el rechazo del barrio, la primera pregunta es ¿por qué?, no creo que nadie tenga una única respuesta y sobre todo una respuesta racional. Nos movemos en el mundo de los prejuicios, de las causas seguidas con la pasión y no con la razón, la leyenda urbana, la mentira…en fin, en cualquier caso, frustrante. Decían Ana y Xiomara: pues lo dejamos… ¿qué necesidad tenemos de pasar por ésto…?, se entiende, pero no se alienta, al revés, los animamos a seguir, a aguantar el chaparrón hasta que la realidad que nosotros mismos vimos se imponga al espejismo que se ha montado.


Un poco más sosegados ya en una cafetería muy próxima y con unos cafés delante nos cuentan la totalidad el proyecto; hay un total de tres centros, contando con el que acabamos de ver un piso pequeño en Tetuán y otra pensión con habitaciones grandes para familiar donde caben unas treinta personas también en Usera en la calle Juan Español yademás de eso, cuentan con una cocina donde elaboran el catering de las campañas de frío.


Un proyecto en definitiva que, como nos contaron, su fin es cubrir un hueco para las personas que por el tipo de perfil que presentan no tienen cabida en los albergues o dicho de otra forma para hacer de otra manera, desde el conocimiento y desde la dignidad, el acercamiento a la gente sin hogar.


A lo largo de la conversación les fuimos contando qué podemos hacer desde Cáritas, por una parte, les ofrecimos contar su proyecto en los medios de difusión de Cáritas, que vengan a la parroquia a dar información del recurso que ofrecen, les contamos la oferta social que tenemos para poder ayudar los alojados en sus centros y finalmente tomamos nota de sus capacidades para poder ofrecer alojamiento a la gente que viene a Cáritas.


Nos despedimos de ellas con la sensación de habernos escuchado, de saber unos de otros, de tener un objetivo común y de que el camino no es fácil pero que se hace mucho más llevadero si uno ve al lado a otros caminantes.

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