Apóstoles de la Caridad

Cáritas Madrid 2 de Junio de 2017

Don Juan Carlos Vera, vicario de Vicaría I, nos invita a ayudar con creatividad, sin omitir por miedo nada de lo que pudiera aprovechar, con valentía y decisión, mirando más al fondo para ver con el corazón del otro

Don Juan Carlos Vera, vicario de Vicaría I, nos invita a ayudar con creatividad, sin omitir por miedo nada de lo que pudiera aprovechar, con valentía y decisión, mirando más al fondo para ver con el corazón del otro.


Cáritas Madrid. 2 de junio de 2017.- Como adelanto al Día de Caridad la familia de Cáritas Vicaría I se reunió el pasado día 30 de mayo en la Parroquia de Santa Rosalía para participar en una Eucaristía oficiada por don Juan Carlos Vera, vicario de Vicaría I, y disfrutar del encuentro con todos los compañeros comprometidos con la sociedad y los más desfavorecidos.


No estábamos todos, pero la iglesia estaba hasta los topes, con más de doscientas personas entre voluntarios, órdenes religiosas y personal de Cáritas.


Encontrarnos, siempre es motivo de gozo, analizar qué y cómo lo hacemos, si además sabemos que hemos puesto todo de nuestra parte para ayudar a los demás, para ponernos al servicio de Dios en su atención preferencial por los pobres, los perseguidos, los maltratados,… Y lo hemos hecho juntos, con nuestros defectos y todo el talento que nos ha dado el Señor, pero juntos, en comunidad, viviendo cada momento siendo conscientes de que actuamos bajo la mirada atenta de Dios.


Así, hemos pasado el curso 2016-2017. Acogiendo a los que se acercaban a las Cáritas parroquiales, los que participan en los múltiples talleres que ofrecen formación  a quienes lo necesitan, en los CEM, en ludotecas, atendiendo a los que siguen buscando un empleo digno, a los mayores que necesitan compañía, a las mujeres maltratadas,… y a todos a los que llaman a nuestra puerta para pedir consuelo y ayuda.


Nos acercamos al Día de Caridad que tiene una identidad propia, que le confiere el valor de todas las personas que hemos compartido la tarea de la Caridad desde nuestras diferentes funciones y, sobre todo, de las personas que han recibido nuestra ayuda.


Solo con ayuda de Dios podemos ejercer el apostolado de la caridad. La acción inspirada en la caridad se abre a la oración porque entendemos que hay cosas que nosotros no podemos dar, que sólo Dios puede curar el corazón de los hombres. La acción caritativa debe partir de la oración para acabar también en la oración poniendo a las personas que sufren en la mano de Dios, tratándoles como auténticos hermanos y acogiéndoles como hijos de Dios.

 

 

 

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