Años de entrega y dedicación por mi Parroquia
Cáritas Madrid 1 de Marzo de 2017Ángel García Gómez nos cuenta su experiencia como voluntario en la Acogida Parroquial en Nuestra Señora de los Álamos de la Vicaría IV
Ángel García Gómez nos cuenta su experiencia como voluntario en la Acogida Parroquial en Nuestra Señora de los Álamos de la Vicaría IV
Cáritas Madrid. 1 de marzo de 2017.-Desde hace más de treinta años, Ángel García Gómez recibe en la parroquia de Nuestra Señora de los Álamos a las personas que se acercan a la acogida parroquial en busca de una orientación a sus problemas y necesidades.
A punto de cumplir ochenta años, Ángel sigue acudiendo a la acogida con la ilusión del primer día todos los martes de 10:00 a 12:00h de la mañana, que es raro que no se prolongue hasta las 13:00h muchos de los días.
Le acompaña desde hace algo más de diez años Marcelino del Río, voluntario de la Parroquia desde que se jubiló y entre los dos se encargan, entre otras cosas, de la acogida parroquial semanal y del reparto de alimentos cada quince días. Les ayuda el hijo de Marcelino con los temas informáticos.
También les ayuda Andrea, voluntaria de 85 años, que imparte clases de gimnasia tres veces a la semana a unas 80 mujeres. Antonio, taxista voluntario de Cáritas en sus ratos libres, que se encarga de arreglar lo que haga falta en la Parroquia, y otros voluntarios jóvenes, que ayudan con la descarga de alimentos y otras tareas, aunque se lamenta Ángel de la escasez de voluntarios en esta zona de Madrid.
Ángel trabajó en fotocomposición en un periódico y en el B.O.E. hasta que se prejubiló con 58 años. Aunque ya colaboraba con Cáritas cuando estaba en activo, al dejar su trabajo pudo dedicarle mucho más tiempo a la Parroquia.
Tanto Ángel como Marcelino se sienten muy orgullosos del trabajo que se está llevando a cabo en la Parroquia Nuestra Señora de los Álamos desde sus inicios hasta la fecha. Debido a la escasez de medios económicos, “nuestra Parroquia”, como les gusta llamarla, y las instalaciones con que cuenta se construyeron gracias al trabajo de los voluntarios.
En la acogida se atiende a unas 35 familias, que suponen unas 130 personas, la mayoría de etnia gitana y de origen latinoamericano, pero también hay búlgaros, rusos y de otras nacionalidades.
Se atiende a todo el mundo por igual, se les escucha y se les da cariño. Según la demanda que planteen se les deriva a unos u a otros servicios de Cáritas y municipales, en función de las necesidades de cada persona que acude.
El reparto de alimentos, por su parte, se realiza los lunes por la tarde cada quince días y una vez al mes se reparten alimentos perecederos, como fruta y verduras. Ángel y Marcelino se encargan también de todo lo relacionado con esta tarea, desde las relaciones con el Banco de Alimentos hasta su transporte, descarga en palés y posterior reparto.
Todas estas labores requieren bastante trabajo administrativo, que les ocupa mucho de su tiempo.
Con los años de experiencia de Ángel, muchas veces según entran por la puerta, ya sabe cómo y qué pretenden las personas que se acercan a la parroquia. Ha desarrollado una gran intuición.
Ángel y Marcelino se compenetran muy bien, trabajan muy a gusto juntos y lo hacen con sentido del humor. Por encima de todo quieren ayudar a la gente, aunque a veces ésta venga con exigencias. También es muy buena la relación con los demás voluntarios. De vez en cuando se hacen comidas de hermandad a las que acuden todos y en las que se respira un ambiente estupendo.
La relación con las personas que acuden a la acogida también es muy buena, en ocasiones de amistad.
A pesar de que le ha pasado de todo en tantos años colaborando con la Parroquia, Ángel se siente orgulloso del trabajo realizado y con fuerzas para seguir desarrollándolo mientras pueda.
Confiesa Ángel que está ahí para lo que se le necesite y el Señor es quien le ayuda y da fuerzas para seguir con su tarea en la Parroquia.
Damos las gracias a Ángel por recibirnos con los brazos abiertos en su Parroquia y le felicitamos por tantos años de entrega y dedicación.