Amar es transformar el mundo

Cáritas Madrid 17 de Octubre de 2017

Encuentro de Voluntariado en Cáritas Vicaría II

Encuentro de Voluntariado en Cáritas Vicaría II.

 

Cáritas Madrid. 17 de octubre de 2017.- De una manera cercana, familiar y reflexiva, los voluntarios de Cáritas Vicaría II se convocan para tener un encuentro que nos haga cargar las pilas y que nos sirva como principio de salida ante el nuevo curso recién estrenado. Los agentes de Cáritas necesitamos reencontrarnos y recibir una palabra que genere esperanza, una palabra cargada de fraternidad y de sosiego ante tanto ruido y agresividad verbal, que nos ayude a saber mirar desde el sufrimiento y a acompañar con delicadez humana. Para ello, contamos con la presencia sapiencial y testimonial de su vida entre los empobrecidos, de José Luis Segovia, “Josito”, vicario Episcopal de Pastoral Social e Innovación de la Iglesia de Madrid, que nos compartió estas reflexiones muy trabajables en el ámbito personal y comunitario:

-No vale cualquier forma de amar: no nos sirve el amor esquivo y escurridizo, que no se atreve a mirar de frente al otro y opta por hurtar la mirada y dejar de contemplar el rostro del otro que sufre. Seguro que es un amor repleto de sentido común y prudencia, pero no satisface las exigencias de la fe cristiana.

- Tampoco nos vale el amor atolondrado que se confunde con el emotivismo pasajero, incapaz de ver más allá de sus narices, la que contempla exclusivamente el corto plazo, los resultados….

-Ni el amor falsamente universal, abstracto y teórico de quien ama a todo el mundo y no se le cae de la boca la palabra amor.

-Finalmente, tampoco el amor escéptico, el que está de vuelta de todo al que difícilmente se le engaña.

 

Para los agentes de Cáritas, sirvan estas claves relacionales del amor:

El amor es siempre reactivo, es respuesta a un amor primero que se experimenta como nunca en la aflicción. Los hermanos maristas de Ruanda se quedaron y fueron martirizados no por su amor a los niños, sino porque tuvieron la audacia de dejarse querer por ellos. El amor recibido lleva más a la locura de amor, que el dado que es siempre “medido, contado y pesado”. La mirada amable desde ver el mundo como hechura divina y a los seres humanos como imagen de Dios. La mirada compasiva es una exigencia ética que bebe de la condición humana ( somos seres para la comunión con los otros) y de la compasión ante el sufrimiento. Un amor que no es neutral, no es indiferente ante el bien y el mal. Es amor apasionado y beligerante contra la injusticia. El hecho mismo de contemplar las esperanzas y desesperanzas de nuestro mundo ya lo está haciendo diferente, porque el amor transforma la realidad.

 

El amor reclama la caridad política, aquella que universaliza la caridad individual. La Iglesia critica duramente a los que eluden pagar impuestos y al pecado social al que contribuyen. Se reivindican el valor de la singularidad y la irrepetibilidad de cada ser humano y añadimos que a problemas colectivos no hay soluciones individuales para las causas estructurales de pobreza.

 

Las personas empobrecidas son casi siempre fruto de un  amargo proceso multifactorial, y nos invitan  a una vida orante y sacramental que nos redescubre a Cristo en la Eucaristía y a honrarlo en el desnudo, según las palabras del papa Francisco. La fraternidad universal es posible en un mundo tan interactivo. Dios quiere que derribemos fronteras y no levantemos muros…que no son sino cicatrices terribles en una geografía humana llamada a abrazarse. Los pobres no son un problema, sino un recurso al cual acudir para acoger y vivir la esencia del Evangelio.

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