Al servicio de los demás

Cáritas Madrid 14 de Abril de 2020

Estar siempre atento a las necesidades de los demás, estar disponible cuando otras personas nos necesitan, trabajar en equipo con otras entidades y la administración, especialmente en estos momentos de crisis, es la enseñanza que nos deja esta bonita historia de la Parroquia de Santa Catalina Mártir de Majadahonda, que nos hace ver que “La Caridad no cierra”.

 

Estar siempre atento a las necesidades de los demás, estar disponible cuando otras personas nos necesitan, trabajar en equipo con otras entidades y la administración, especialmente en estos momentos de crisis, es la enseñanza que nos deja esta bonita historia de la Parroquia de Santa Catalina Mártir de Majadahonda, que nos hace ver que “La Caridad no cierra”, como dice nuestro lema ante la emergencia social generada por el impacto del coronavirus.

 

Cáritas Madrid. 14 de abril de 2020.- Las personas que conforman la familia de Cáritas nos cuentan estos días multitud de experiencias de generosidad y entrega como la que Alfonso, sacerdote de la parroquia Santa Catalina Mártir de Majadahonda, comparte con nosotros.

 

El pasado viernes estaba él con un grupo de personas voluntarias descargando alimentos para poder repartirlo entre las familias necesitadas cuando Lola, oficial de la Policía Municipal de Majadahonda, se puso en contacto con él: un joven de 24 años se encontraba de la noche a la mañana en situación de calle, sin poder alojarse en ningún hogar de las pocas personas conocidas que este chico tenía en Madrid. Su angustia era enorme: jamás se había visto en una situación tan extrema.

Alfonso y Lola no dudaron en trabajar coordinados: contactaron inmediatamente con todos los albergues para personas sin hogar de Madrid pero, debido a la crisis del Covid_19, ninguno de ellos podía ofrecer una plaza a esta persona. Después de mucho buscar, en coordinación con los Servicios Sociales de Majadahonda, y gracias a la generosidad y colaboración de varias personas de Cáritas Diocesana de Madrid, se consiguió un techo temporal para el chico y se le informó de los comedores sociales y recursos de emergencia que hay para las personas que se han quedado sin ingresos y sin manera de alcanzarlos en esta crisis que, una vez más, afecta a quienes ya estaban en la cuerda floja.


Son historias de dificultad y sufrimiento, pero también de servicio, de fraternidad y de compañerismo, que nos recuerdan día a día que, por encima del miedo y el dolor, está la solidaridad y el amor. Que la Caridad no cierra.





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