Abriendo los ojos a la realidad… y a la vida
Cáritas Madrid 15 de Abril de 2014Os acercamos el testimonio de Paloma, una voluntaria de la Parroquia de San Germán en Madrid, que quiere que su experiencia sirva para sensibilizar a otras personas.
Os acercamos el testimonio de Paloma, una voluntaria de la Parroquia de San Germán en Madrid, que quiere que su experiencia sirva para sensibilizar a otras personas.
Por lo que respecta a mi experiencia personal, para mí ser voluntaria de Cáritas es un servicio que se convierte en vocacional.
El testimonio de las personas a las que ayudas te enseña a empatizar con tu prójimo, y te vas enriqueciendo con su experiencia de vida. Eso me ha permitido poner en la justa medida temas personales y materiales, cambiando la perspectiva de valores. En definitiva, te hace relativizar tu propia experiencia, dando importancia a lo que realmente la tiene.
A veces –muchas veces–, la cercanía con la pobreza te causa dolor y cierta angustia, pero sientes como contrapartida una gran satisfacción cuando tu pequeña aportación da luz a la vida de otras personas.
Ser voluntario te acerca a una realidad social que a veces ni crees que existe, y que está a la vuelta de la esquina, pero que presupones muy lejana. Este acercamiento te hace más sensible a la situación social que actualmente vivimos, permitiéndote ver el mundo con otros ojos, y haciéndonos más solidarios.
A mí, ser voluntaria también me ha enseñado a trabajar en equipo, teniendo muchas veces que asumir decisiones de los otros, y que pueden ser difíciles de aceptar, porque no cabe duda que los temas que tratamos son de extrema sensibilidad.
Todas estas curas de humildad te van haciendo mejor persona, y te van limando defectos que antes ni siquiera te reconocías. Esto es una escuela en la que todos los días aprendemos algo de los demás, sean personas atendidas o voluntarios.
A nivel personal, tengo que estar agradecida a mis compañeros por el equipo que formamos, todos grandes personas, y que desde el primer momento han demostrado su generosidad, con lo que se hace fácil, aun en la dificultad, el compartir.
Yo toda la vida he tenido una inquietud de servicio, y aunque no lo he buscado, siempre me ha venido dado por otros. Seguramente estaría abierta, pero hoy tengo claro que ha sido el Señor quien me guía por este camino.
Para terminar, os invitamos a todos a participar en estos proyectos, porque en el corazón hay cabida para todos y mucha, muchísima labor por hacer.