4º DOMINGO DE ADVIENTO: SEAMOS LA CASA DE ACOGIDA

Cáritas Madrid 19 de Diciembre de 2021

Celebramos el 4º Domingo de Adviento, un momento en que nos convertimos en vecinos y vecinas que abrimos la puerta para la acogida al otro, para amar y establecer vínculos que nos den esperanza. Esta acogida debemos ponerla en práctica con quienes tenemos alrededor, porque como decimos en nuestro lema de Navidad, cada persona y ‘cada portal, importan’. 

 

Y llegamos al tramo final de este viaje: es el cuarto Domingo de Adviento. Este momento, ya cercano a la llegada de Jesús, que representa el Amor de Dios hecho hombre, estamos llamado a ser casa de acogida, a provocar la invitación y a ejercer la hospitalidad.

Este es un ejercicio que en Cáritas Diocesana de Madrid, que somos la obra social de la Iglesia de Madrid, practicamos habitualmente. Somos la casa de acogida de las personas y familias más vulnerables, quienes llaman a nuestra puerta en busca de esperanza, y a quienes tratamos de acoger y acompañar desde la igualdad, para que puedan tener accesos y recursos que les permitan desarrollarse de manera autónoma para su inclusión social.

Esta acogida debemos ponerla en práctica cada uno de nosotros con quienes tenemos alrededor, como decimos en nuestro lema de Navidad, cada persona y ‘cada portal, importan’. 

Ahora en Adviento tenemos las puertas abiertas para ese ‘vecino especial’ que viene a visitarnos, se hará vecino del mundo, estará en el portal de al lado. Por eso nos preparamos para recibirlo y nos convertimos en vecinos y vecinas. Compartiremos nuestro pan y Él perdonará, Él nos trae esperanza.

El amor crea vínculos

En esta época, como nos recuerda el papa Francisco en Fratelli Tutti, es momento de que saquemos a la persona de sí misma hacia el otro;  es momento de ampliar nuestro círculo de amor, más allá de la familia, de que salgamos de nosotros mismos y miremos y acojamos al otro. Así el amor hacia las demás personas nos hace tejer vínculos, unos vínculos que si son sanos y verdaderos nos abren a los otros que nos amplían y enriquecen.

Y ese amor y cuidado, nos lo recuerda también el Papa, debe ser integral. Amamos y establecemos vínculos con las personas y con el entorno. La responsabilidad del cuidado implica no solo el cuidado del planeta, sino de toda la sociedad a través de instituciones y organismos que tienen el deber y la obligación de velar por el bien común. Entre ella está la Iglesia, que como comunidad cristiana se hace presente en las parroquias, comunidades, en la acción social como la de Cáritas o en las propias familias.

¡Feliz Navidad!

 

Reflexionemos

¿En qué consiste la cultura de descarte, y la del encuentro y el cuidado?

¿Qué es la Iglesia en salida?

¿Qué implica salir al encuentro del otro?

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