Había una vez una mujer herida o el ‘arte’ de prevenir la violencia contra las mujeres

Había una vez una mujer, a quien sedujeron haciéndose pasar por un humilde pastor. Había una mujer a quien secuestraron para, en cautiverio, lograr su amor. Había una mujer a quien rompieron el corazón sin dejar marcas visibles en su pecho. Había una mujer sin nombre. Una mujer a las que todos repudiaban. Había una mujer condenada a vivir sin un hombre. Y otra condenada a vivir con un Dios. 

Había y hay tantas historias de violencia hacia las mujeres, que cada 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia hacia las Mujeres, vale la pena recordarlas para que no se repitan. Lo vemos en la literatura, lo vemos en las canciones, lo vemos en los cuadros del Museo del Prado. En Cáritas Madrid no queremos dejar de observar esa realidad que nos rodea.

En esta ocasión han sido las mujeres del Hogar Santa Bárbara, para madres gestantes, y de Concepción Jerónima, para mujeres vulnerables – ambos proyectos de mujer de Cáritas diocesana de Madrid-, quienes han ido a ‘observar’ en una visita guiada al Prado para valorar y reflexionar acerca de esos cuadros, esas historias de mujeres heridas. Lo han hecho acompañadas por dos expertas en arteterapia y bellas artes.

La actividad ha consistido en un recorrido por obras donde las protagonistas son mujeres, donde se reflejan situaciones de diferentes tipos de violencia, o donde se muestran obras realizadas por propias mujeres que se desconocen.

El objetivo es favorecer el acceso a la cultura, promover espacios de bienestar y generar un momento de convivencia significativo para todas las asistentes. Ellas, como nos dicen desde los proyectos, “han valorado muy positivamente la experiencia, destacando la oportunidad de abrir miradas nuevas, compartir impresiones y fortalecer vínculos en un entorno inspirador”.

La actividad se ha enmarcado dentro de las acciones programadas para sensibilizar, acompañar y empoderar a las mujeres, reforzando su participación social y cultural, y previniendo situaciones de violencia o dependencia. Recordemos que muchos de los proyectos de Cáritas Madrid acompañan a mujeres vulnerables, muchas de ellas víctimas de violencia. 

Ojalá el cuento siempre tenga un feliz final: Había una vez una mujer que decide sobre su vida de forma autónoma, a la que respetar y admirar, y rodeada de buen amor.