2022, un año marcado por la invasión de Ucrania, el aumento de los precios y la llegada de personas migrantes

En 2022, la pandemia del COVID-19 fue quedando atrás y se registró una mejoría en la mayoría de los indicadores económicos globales. Sin embargo, esa mejoría se cruzó con diferentes procesos que llevaron a muchas personas de nuestra diócesis a situaciones muy complicadas. El 24 de febrero de 2022 se inició la invasión de Ucrania, que ha causado un gran número de muertes, personas heridas, familias rotas y desplazamientos. La diócesis de Madrid se volcó para intentar mitigar el sufrimiento de las personas afectadas por la guerra.

El año 2022 también estuvo marcado por una elevada inflación. El aumento de precios, que se ha notado de forma especial en los productos y servicios de primera necesidad (alimentos, suministros de electricidad y gas, etc.), ha golpeado con más fuerza a las personas con menos recursos, sin margen para prescindir de productos o servicios o sustituirlos por otros. Este aumento de los precios ha sido especialmente grave en lo que respecta a la vivienda, con un importante aumento de los alquileres. Sigue aumentando el número de personas y familias que se ven obligadas a vivir en habitaciones alquiladas. La cobertura de necesidades relacionadas con la vivienda supuso el 65 % del gasto en ayudas directas de Cáritas. La vivienda es el eje alrededor del que se vertebra la vida de las familias y en Madrid cada vez más personas tienen dificultades para acceder a una vivienda o mantenerla.

Otro de los aspectos que han marcado 2022 ha sido la llegada de más personas de otros países a nuestra diócesis que huyen de situaciones muy complicadas en sus países. El incremento de la población en el municipio de Madrid fue consecuencia exclusiva del saldo migratorio exterior, manteniéndose un saldo negativo en el crecimiento vegetativo. Se empadronaron 132 000 personas extranjeras. Casi el 50 % procedían de tres nacionalidades: Colombia, Perú y Venezuela. Muchas de estas personas han tenido que solicitar apoyo a través de las Cáritas parroquiales para salir adelante en los primeros meses. Son muchas las acogidas parroquiales que se han visto desbordadas por este aumento, especialmente en la zona sur de Madrid. Teniendo en cuenta que una cuarta parte de los residentes en Madrid nacieron en el extranjero (878 470 personas), parece que cada vez es más importante dar pasos hacia delante para facilitar la integración de las personas migrantes y construir una sociedad bien cohesionada.

Son sólo algunas pinceladas de lo ocurrido el año pasado que, junto con otras muchas situaciones, nos dejan la imagen de una diócesis que se encuentra en una comunidad autónoma de las más ricas de España, pero en la que existe una importante desigualdad entre las personas con más oportunidades y aquellas que se encuentran en situación de exclusión social, sin un acceso efectivo a derechos como la vivienda, la alimentación o unos ingresos mínimos. Según los datos del INE, en 2022 un 20,3 % de las personas se encontraban en riesgo de exclusión social.

¿A quiénes y cómo hemos acompañado?

En 2022, Cáritas Diocesana de Madrid atendió a 120 445 personas a través de 460 Cáritas parroquiales y 379 proyectos. Se entregaron 26 966 ayudas por un importe de 7 356 458 euros.

Los proyectos de atención directa a personas se han desarrollado en diferentes áreas: atención a familias en situación de dificultad social, menores, jóvenes, adultos, mujeres, personas mayores, desempleadas, en situación de exclusión residencial, con problemas de adicción, hospitalizadas, con enfermedad mental, en centros penitenciarios y en asentamientos chabolistas (Cañada Real).

El acompañamiento va más allá de la ayuda asistencial, pues ofrecemos un acompañamiento integral que pone en el centro a la persona y se adapta a su situación específica. Además de ayudar en la cobertura de necesidades básicas, apoyamos a las personas para su autonomía y el acceso a derechos (vivienda, empleo, salud, formación).

La actuación de Cáritas no se limita a la atención directa a las personas. Aspiramos a la construcción de una sociedad más justa. Por ello, se han desarrollado también actuaciones de análisis de la realidad social, sensibilización, promoción del voluntariado y coordinación con la Administración Pública y otras entidades sociales; todas ellas necesarias para colaborar en la transformación social.

Una labor compartida

Esta labor de acogida y acompañamiento ha sido posible gracias a la colaboración de 8763 personas voluntarias, la solidaridad de las comunidades cristianas y la colaboración de 19 200 donantes. El 86 % del presupuesto empleado provino de aportaciones voluntarias y el 14 % del IRPF y subvenciones de la Administración Pública. Ha aumentado el trabajo que realizar, lo que ha llevado a muchas acogidas parroquiales a sentirse desbordadas, no pudiendo dedicar a las personas toda la escucha y tiempo que habrían deseado. Necesitamos animar a más personas a colaborar en la misión de Cáritas para ofrecer a las personas en situaciones difíciles el apoyo que necesitan.

Más allá de las cifras

Vivimos en un mundo en el que los datos numéricos parecen tener cada vez más importancia, en el que da la sensación de que es más importante lo que se dice que se hace que lo que realmente se hace. Desde Cáritas Diocesana de Madrid, queremos evitar quedarnos en las cifras. Nuestro foco siempre va a estar en cada persona que necesita ayuda, en cada persona cuyos derechos son vulnerados y en cada una de las personas que se implican en hacer posible esa ayuda. En esa relación personal, es donde nos lo jugamos todo. Las cifras son importantes, pero esto es mucho más importante. Sólo si cuidamos las relaciones personales, podremos construir con cimientos sólidos un mundo más justo y más humano.