“Un embarazo no es un problema, es una vida que debemos proteger y acoger”: Cardenal Cobo en la Jornada por la Vida

Pilar Algarate 22 de Marzo de 2025

La Catedral de la Almudena acogió el pasado sábado, 22 de marzo, una Eucaristía con motivo de la Jornada por la Vida. 

El murmullo de diez bebés rompía el silencio de la Catedral de la Almudena. Sus risas y llantos enriquecían con vida una celebración precisamente dedicada a ella. Las madres del Hogar Santa Bárbara, con sus pequeños en brazos, ocupaban un lugar destacado mientras el cardenal José Cobo presidía la Eucaristía por la Jornada por la Vida, que la Iglesia universal conmemora el 25 de marzo. 

En su homilía, el cardenal Cobo dirigió un saludo especial a las madres presentes con sus hijos e hijas: "No os moleste que lloren , a nosotros no nos molesta, es más, nos alegra escucharles especialmente esta tarde. Gracias por estar aquí". El arzobispo subrayó que el tiempo de Cuaresma es "una peregrinación hacia el significado de lo que es Dios", un camino tanto personal como comunitario.

El prelado recordó que Dios se ha manifestado siempre como "amigo de la vida" y que "sin vida no hay esperanza". Haciendo referencia al relato del Éxodo, destacó cómo Dios se revela como "el Dios de las personas", que "va desplegando su plan de amor a través de sus hijos e hijas".

El cardenal Cobo hizo un llamamiento a la responsabilidad colectiva: "La Iglesia alza la voz ante la cultura de la indiferencia. Un embarazo no es un problema que se solucione eliminando, es una vida que llega y entre todos y todas tenemos la misión de proteger y acoger". Asimismo, subrayó la necesidad de "políticas de protección a la familia que favorezcan un entorno económico y social propicio" y la importancia de "crecer como sociedad" valorando el potencial de las relaciones sanas y personales.

"Tenemos una escuela muy especial: el amor de las familias. Esa es la escuela fundamental donde todos y todas podemos aprender a valorar la vida en todos sus momentos, también en la enfermedad o cuando envejecemos", añadió el arzobispo.

Finalmente, el cardenal invitó a aprovechar el tiempo de Cuaresma como "tiempo de gracia y de conversión" para responder con "una visión amplia" ante la vida: "Ser responsable es hacernos cargo de la vida que se nos ha confiado y que no podemos manipular, sino acoger. Solo así seremos peregrinos y peregrinas de esperanza".

La ceremonia concluyó con un emotivo momento en que las madres del Hogar Santa Bárbara, junto con sus bebés, recibieron una bendición especial, simbolizando el compromiso de la comunidad cristiana madrileña con la defensa y celebración de toda vida humana.​​

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