Primeros objetivos del Encuentro Paz Sin Fronteras: Recuperar el sentido de comunidad en las ciudades y poner en valor a Europa

Cáritas Madrid 17 de Septiembre de 2019

La segunda jornada del evento internacional, organizado en Madrid por la Comunidad de Sant' Egidio y la Archidiócesis de Madrid, deja intesos debates en los que se habló del papel que juegan  las comunidades, la familia, las redes sociales, los valores o las religiones en la construcción de una Paz Sin Fronteras.

La segunda jornada del evento internacional, organizado en Madrid por la Comunidad de Sant' Egidio y la Archidiócesis de Madrid, deja intensos debates en los que se habló del papel que juegan las comunidades, la familia, los valores, Europa, las redes sociales o las religiones en la construcción de una Paz Sin Fronteras.


Cáritas Madrid. 17 de septiembre de 2019.- Un espacio de debate y reflexión sobre las migraciones, la Justicia Social, el papel de Europa, el de las redes sociales o los medios de comunicación, la infancia en lugares de conflicto o las ciudades como espacios de encuentro. Estos son algunos de los temas tratados ayer en la segunda jornada del Encuentro Internacional Paz Sin Fronteras organizado por la Comunidad de Sant' Egidio y la Archidiócesis de Madrid.


El encuentro Paz Sin Fronteras dio el pistoletazo de salida el domingo, con una sesión inaugural en la que el cardenal arzobispode Madrid, Carlos Osoro, fue el encargado de dar la bienvenida a los asistentes con un discurso en el Palacio Municipal de Congresos en el que presentó Madrid como «ciudad de encuentro» y donde reclamó «pasillos humanitarios en todas las situaciones en las que las personas estén amenazadas en sus derechos».


Uno de los momentos más emocionantes de la inaguración se produjo cuando se pudo escuchar el mensaje que el papa Francisco mandó al arzobispo de Madrid, como anfitrión de evento, y a todos los asistentes: más de 300 dirigentes políticos, religiosos, sociólogos, pensadores o periodistas. El Santo Padre lanzó un mensaje de unidad para asegurar que "todos debemos unirnos –diría que con un mismo corazón y una misma voz–, para gritar que la paz no tiene fronteras".


A la ceremonia inaugural del domingo por la tarde le siguieron ayer casi una veintena de mesas redondas y debates, que reunieron a mandatarios y líderes religiosos venidos de todas las partes del mundo a Madrid, junto a personalidades influyentes y pensadores de todo ámbito, sentados en torno a mesas redondas con la paz y la convivencia como objeto de análisis y meta común.


Mesa redonda: Europa es necesaria

Una de las mesas que más repercusión tuvo fue en la que participó el ministro en funciones de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, llamada "europa es necesaria". El alto mandatario defendió el papel "necesario" de Europa. Aunque no lo mencionó directamente, en clara alusión a los populismos, Borrell señaló que "la Unión Europea es el mejor contrapeso frente la inestabilidad".

 

Sentado junto al obispo evangélico alemán, Markus Dröge; el historiador francés y político, Jean-Dominique Durand; o el político polaco, Adam Michnik, en el Círculo de Bellas Artes, Borrell  quiso apoyar la exixtencia de Europa y lanzar un mensaje a los ciudadanos que la habitamos: "Los europeos deberíamos sentirnos orgullosos de pertenecer al continente y a esta civilización. No sólo quedarnos con lo negativo. Es cierto que la Unión Europea nace sobre las guerras mundiales, las dictaduras fascistas y comunistas y el holocausto". Pero también señaló, y aseguró que sería necesario recordárselo a los jóvenes, que Europa "también es el lugar que en 1945 y 1989 venció a dos tipos de totalitarismo para impulsar el Estado de derecho y contribuir a un mundo en paz y libertad".


Borrell también abordó el debate latente en las instituciones europeas sobre la oportunidad de incluir nuestras raíces cristianas en la constitución: “Tenemos que dejar a Dios en paz, en el sentido de que entre los valores fundacionales de Europa está también el laicismo"; no obstante señaló también que esta afirmación "no puede significar que no vayamos a tener en consideración los valores que las religiones han tenido para la configuración del continente, particularmente la religión cristiana".

 

Por su parte, Markus Dröge, obispo de la Iglesia evangélica de Berlín, seguró que "Europa tiene una tradición de esperanza muy particular, con un futuro de paz que es capaz de moverse y de ir hacia delante". Y puso hincapié en la idea de que "las iglesias tienen que seguir contribuyendo a ello". Desde la Comunidad de Sant’Egidio, Agostino Giovagnoli, afirmó que "Europa no es perfecta, pero la solución a los problemas de Europa se encuentra en más Europa y no en menos Europa». El orientalista y politólogo francés Olivier Roy quiso hablar sobre la necesaria vuelta a los valores en el continente europeo: "Hay un debate entre los valores" y, por ello,"es necesario pensar en el lugar de las religiones". Juan-Dominique Durand, historiador y político francés, defendió la necesaria vuelta a la "comunidad" porque "crea relaciones fuertes". "La Unión Europea es una comunidad, con sus problemas pero con su fuerza y su solidez, porque los enlaces creados son difíciles de romper". Construir la unidad de Europa "es complejo, pero es una extraordinaria idea humana porque Europa es un ejemplo".

 

Por su parte, Adam Michnik, historiador y miembro de la Comunidad de Sant’Egidio en Italia, insistió en la necesidad de que «regrese el cristianismo del Concilio Vaticano II» y lamentó que haya críticas al Papa, "a veces incluso dentro de la Iglesia".

 

Mesa redonda: Vivir juntos en la ciudad

Si por la mañana fue la Mesa "Europa es necesaria", la que más repercusión tuvo; por la tarde el protagonismo se lo llevó la titulada "Vivir juntos en la ciudad", en la que intervinieron el propio cardenal Osoro y el alacalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, junto a la alcaldesa de Gdansk y su homólogo en Sarajevo, y al arquitecto italiano Mario Cucinella.  La mesa fue moderada por  Mario Marazzitti, de Sant’Egidio Italia, y en ella se llegó a la necesidad de recuperar "el sentido de comunidad" en las ciudades.


El arzobispo de Madrid propuso crear «espacios de encuentro» y lugares para que las religiones «cultiven la dimensión trascendente, que es esencial para la convivencia». Osoro en este punto apostó por una nueva «educación conforme a la naturaleza del hombre, que es ser abierto y relacional», con atención a la familia, en la que «se cultivan los hábitos del amor y de la cultura de la vida». Osoro recordó a todos que "Dios está en las ciudades" y animó a realizar la necesaria conversión ecológica. 


Martínez Almeida, regidor de Madrid, valoró que «en la diversidad está la riqueza» y que «todos nos debemos considerar personas», sin caer en la «deshumanización del adversario» como ocurrió en la II Guerra Mundial. Almeida apeló a los «valores comunes» y defendió la «prohibición de una serie de comportamientos incívicos, antisociales»; el alcalde de Madrid coincidió con Osoro en la necesidad de ayudar a las familias que son «célula fundamental» en sociedad y la «inclusión» del que viene de fuera con una red de servicios sociales no meramente asistenciales.

“En esta ciudad se valora enormemente la convivencia, que hay que cuidarla en el día a día”, sentenció el regidor de la capital quien a renglón seguido afirmó que "es necesario que al que viene de fuera le facilitemos la inclusión, tenemos que generar políticas sociales y culturales en la que se pueda ver reconocida, no podemos ceder a la tentación de verle diferente ni que se sienta recluido".

 

Aleksandra Dulkiewicz, alcaldesa de la ciudad polaca de Gdansk (Polonia), que tomó las riendas del consistorio hace ocho meses tras el asesinato de su predecesor, Pawel Adamowicz, afirmó que ella intenta hacer «una ciudad apta para todos», con una preocupación clara por los inmigrantes que van a seguir llegando a pesar de ciertos «discursos de odio».

El vicealcalde de Sarajevo (Bosnia y Herzegovina), Milan Trivic, detalló poor su parte que su país había sido un ejemplo de «coexistencia» entre personas de distintas procedencias y religiones hasta que, hace 30 años, «fuerzas de desintegración cambiaron el estilo de vida tradicional», y ha apelado a involucrarse en la vida de los de alrededor, con «manos abiertas», como intentan hacer de nuevo.


Mesa redonda: Medios de comunicación y redes sociales ante los conflictos

También en Círculo de Bellas Artes, en la sala contigua a la Mesa sobre la necesidad de Europa,  se mantuvo un debate sobre el papel de los medios de comunicación y las redes sociales en los conflictos.

El periodista alemán, Daniel Deckers; su colega M'hamed Krichen, de Túnez; y Emanuel Delia, de Malta, alertaron de los peligros y coincidieron en señalar los límites que deberían tener las redes sociales, la utilización de los big data o de los medios de comunicación en los momentos de conflictos.


Los escándalos por la utilización de datos personales para fines políticos, los conceptos de libertad/control/responsabilidad asociados a la utilizaciónde las redes sociales, los escandalosos casos como el de la periodista maltesa Daphne Caruana Galizia, o el tratamiento de la información en zonas de conflicto de Oriente Medio fueron algunos de los temas tratados.

 

En la mesa también se sentó Ana Abade, analista de Google de Políticas Públicas de España, quien defendió el trabajo que desde la plataforma Google se está llevando a cabo para supervisar y contrarrestar el discurso del odio. Ana hizo un llamamiento, que todos aplaudieron, a enseñar y remar todos juntos para que las redes se inunden de mensajes positivos y para erradicar los discursos del odio.

 

 

Hoy, última jornada

El encuentro vive hoy su última jornada. Por la mañana están programadas más mesas de debate y por la tarde se celebrarán las diferentes oraciones por la en distintos lugares de la ciudad de Madrid, según las religiones. desde estos lugares habrá una procesión de paz hasta la Plaza de la Catedral de la Almudena, donde a las 20:00 horas tendrá lugar la ceremonia final, que clausurará el encuentro. Consulta AQUÍ los horarios y lugares de los eventos. 

 

Volver