Personas en transformación: cuidar la comunicación no violenta

Cáritas Madrid 3 de Julio de 2018

Encuentro de voluntariado en el arciprestazgo de Espíritu Santo en Cáritas Vicaría II

Encuentro de voluntariado en el arciprestazgo de Espíritu Santo en Cáritas Vicaría II.

 

Cáritas Madrid. 3 de julio de 2018.

-Las personas somos seres relacionales. Somos desde nuestra capacidad de apertura a las verdades que el otro me aporta. Pero  con frecuencia ese potencial de crecimiento se entorpece debido a nuestras agresividades verbales y no verbales. Cuidar la comunicación, no entorpecerla desde nuestros estereotipos y prejuicios, nuestros apriorismos, aunque no seamos conscientes de ello…nos achica el compromiso social transformador. Esto es lo que afrontaron los 38 voluntarios de las seis parroquias y proyectos del Arciprestazgo Espíritu Santo convocados en la parroquia de San Emilio.


Nos acompañó Azucena de Frutos, profesora del Centro de Estudios Sociales de Cáritas Madrid, que nos ayudó a situarnos y aclarar cuestiones que nos van a ayudar a mejorar y humanizar nuestro voluntariado y a ser facilitadores sociales y cuidar el no reproducir comunicación violenta en cualquiera de sus diversas manifestaciones:


¿Qué es comunicación violenta?

Tono elevado. Insultos: ¿tipos de insultos? Gestos intimidadores. Tono autoritario. Tono desafiante. Retar. Amenazar. Mostrar indiferencia: consciente o inconsciente. Decidir por el otro. Subestimar al otro: directa o indirectamente. Aislar al otro.


¿Cuáles son las consecuencias?

La persona que se comunica desde la agresividad: tiene un sentimiento de poder momentáneo; evita a las personas que son incómodas porque la hacen sentirse cuestionado; relaciones poco duraderas, no se llevan bien con la gente; agrandan el conflicto; no lo solucionan; malestar por saber en el fondo que no han manejado bien la situación.


La persona que recibe esa comunicación agresiva: no se siente escuchada; no se siente valorada; se siente frustrada; puede sentir angustia o incluso cuestionarse a sí misma; no se siente RESPETADA.


Claves a trabajar

Tener claro que todos tenemos derecho a ser imperfectos y todos tenemos derecho a ser imperfectos y todos tenemos la obligación de aprender y corregir.


Todos tenemos derecho a cambiar: a cambiar de conducta, a cambiar de opinión (miedo al cambio, a todo aquello que no puedo controlar y anticipar).


Frente a una situación agresiva, JAMÁS reaccionar. Siempre contener y controlar.


Cuidar mi tono de voz.


Cuidar mis palabras (atendiendo a aquellas a las que puedo estar acostumbrado y que pueden ser ofensivas, dependiendo de la educación o cultura).


Identificar mis estereotipos y prejuicios.


Tener claro nuestro estado emocional en ese momento o esa etapa de mi vida.


Ser muy humilde: no todo el mundo que quiere ayudar, sabe y puede hacerlo.


Tras la reflexión participativa, la parroquia nos preparó un refresco para seguir conversando y deseándonos feliz verano.

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