‘Maranatá, ven Señor Jesús’, y ha venido a llenar el año de nuevas esperanzas

“Maranatá , Maranatá …” se oía de fondo sonando la música minutos antes de comenzar el encuentro.

Las mujeres jóvenes del proyecto de Cáritas Madrid “Nazaria baja a la calle”, junto a las Hermanas con las que conviven, las voluntarias del proyecto y el equipo de Cáritas Madrid, se han reunido en un emotivo encuentro navideño en la casa, donde las ha acompañado el sacerdote Santos Urías.

“Descansar nuestras inquietudes y cansancios”, nos decía Santos, eso es lo que implican estos días de Navidad y año nuevo, cuando esperamos el nacimiento de Algo nuevo, cuando queremos llevar esperanza a las personas más vulnerables. Ese algo no es otra cosa que el Amor De Dios encarnado en Jesús, y que nace en cada persona.

Se ha dado espacio para reflexionar; para dar “gracias por la oportunidad de ser feliz y tener esperanza”; para leer un poema sobre la superación personal y el no rendirse, de Benedetti.  Y también para recordar que estamos invitadas “a derribar muros y construir puentes para hacer de nuestro mundo un gran hogar, una gran tienda abierta donde nadie se sienta excluido. Que nuestros gestos diarios y sencillos de amor, de paz, de consuelo y de solidaridad se multipliquen en nuestra vida durante el nuevo año y lleguen a los que más lo necesiten”.

POEMA NO TE RINDAS - Mario Benedetti – 
No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero.
Porque existe el vino y el amor, es cierto,
porque no hay heridas que no cure el tiempo,
abrir las puertas, quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.
Vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque cada día es un comienzo nuevo,
porque esta es la hora y el mejor momento,
porque no estás sola, porque yo te quiero.