La visita a domicilio, una experiencia de ENCUENTRO

Testimonio de Juan Pablo, voluntario en la parroquia de la Fuensanta y coordinador del proyecto de menores en el arciprestazgo de Usera-Almendrales de Cáritas Vicaría V.

Cáritas Madrid. 24 de julio de 2018.- Desde hace tiempo venimos reflexionando sobre el “sentido” de la acogida, de cómo nos influye personalmente desde el punto de vista humano y espiritual, de cómo “tratamos” a las personas que acuden a la acogida y cómo creemos que se sienten ellas. El resumen es el siguiente (muy breve):

Pensamos que muchas veces hacemos la labor de “dispensario” de alimentos, ropa, etc y no nos paramos a escuchar,  a dejar que nos expresen el porqué de acudir a Caritas. A que nos cuenten como se sienten, como normalmente haríamos entre amigos o conocidos. Creemos que una de las formas más directas es el acompañamiento y visita a domicilio ya que están en su “terreno”, en su casa y eso les da algo de seguridad y confianza a la hora de expresarse.  Por otro lado, nosotros vivimos un rato del cómo viven, con quién, qué condiciones reúne la habitación o vivienda, si tienen alimentos o si pueden hacerse la comida, etc.

La forma de actuar es concertando hora y día con las personas y simplemente ir con el corazón abierto y con ganas de escuchar. Son familias de la acogida que solicitan una ayuda específica o detectamos alguna problemática especial como soledad, carencias de higiene, etc. Solemos ir cada 15 días o al mes; siempre 2 voluntarios de la acogida por visita. Actualmente estamos visitando a unas 8-10 familias.

Por último, en la mayoría de los casos e independientemente de la toma de contacto y de datos nuestros (en la acogida de Caritas), nos expresan gratitud y muchas veces nos sentimos verdaderos “acogedores” y las personas se siente “acogidos”, no porque lo hagamos mejor o peor, si no porque  entendemos que es el sentido Cristiano que nos hace ser voluntarios de Acogida en Caritas.