Jornada "Diálogos sobre la violencia contra las mujeres" en la parroquia de Santa Irene

Cáritas Madrid 20 de Abril de 2018

La iglesia acoge siempre a las mujeres maltratadas desde las parroquias

Cáritas Madrid. 20 de abril de 2018.- En la parroquia Santa Irene, en Vicaría IV, tuvo lugar una Jornada con el lema “Diálogos sobre la violencia contra las mujeres”. La ponente fue Julia Almansa, directora de la Fundación Luz Casanova, que tiene mucha experiencia en acompañamiento a mujeres maltratadas desde Cáritas, Manos Unidas y otras organizaciones.


Antes de dar comienzo el evento, el coro de la parroquia de Santa Irene cantó dos bonitas canciones sobre fantasías quijotescas y Dulcinea del Toboso.


Julia empezó su presentación hablando sobre qué entendemos por violencia. Para empezar aclaró que debíamos hablar más bien de violencias (directa, cultural, simbólica y estructural).


Seguidamente, se presentaron una serie de datos sobre la repercusión e importancia del fenómeno de la violencia a la mujer. Destacó, por ejemplo, que el 70% de las mujeres sufre alguna vez violencia o que el 35% de las mujeres a nivel mundial sufre violencia física o sexual según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se trata de un problema que afecta a todas las edades, clases sociales y niveles culturales y se da en todos los países del mundo y desde siempre.


Luego, Julia se centró más en la violencia que se produce contra la pareja y/o expareja, describiendo en primer lugar la dimensión emocional de la violencia y los principales síntomas de un “amor insano”: celos, control, aislamiento, acoso, humillación, amenazas, chantaje emocional, indiferencia afectiva y presión y negligencia sexual.


Las consecuencias de este tipo de violencia son: baja autoestima o pendular, ansiedad, depresión, trastornos del sueño, miedo, estrés, incomunicación y aislamiento, sentimientos de dependencia y sometimiento, desmotivación, ausencia de esperanza, incertidumbre, bloqueo emocional, impotencia e indecisión.


Por otra parte, la dimensión social de la violencia tiene también graves consecuencias para la mujer: abandono del puesto de trabajo, incomunicación, ruptura del apoyo social, pérdida de la libertad y dependencia del acosador o maltratador.


Es necesario que comprendamos la gravedad de esta violencia, que conozcamos el proceso de la violencia, entendamos los sentimientos de las personas afectadas y evitemos los mitos y falsas creencias que existen sobre la materia, como, por ejemplo, “que los maltratadores son enfermos o locos”, “que la mayoría de las denuncias son falsas”, “si aguanto, él va a cambiar”. etc.


El papel de la Iglesia en relación con este asunto es fundamental y básicamente es de apoyo total. La iglesia acoge siempre a las mujeres maltratadas desde las parroquias. El acompañamiento a estas mujeres es vital para su recuperación.


Cuando una mujer que ha sufrido o está sufriendo violencia por parte de su pareja se acerca a la iglesia o a la fundación Luz Casanova o a donde sea en busca de ayuda, hay que agradecerle su confianza, creer todo lo que nos cuente, escucharla sin preguntar mucho y sin juzgarla, ayudarla a comprender, no censurarla y hacerla sentir que no está sola.


Finalmente, aparte de todo lo anterior, para cuidarlas existen centros de emergencia, centros de acogida, pisos tutelados, etc.


La jornada fue muy interesante, los asistentes participaron activamente en el coloquio posterior a la presentación, que aclaró muchas dudas sobre una realidad tan dura y frecuente en nuestra sociedad como la violencia a la mujer.

 

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