"Hay tal diversidad que seguro que cada uno encuentra un sitio donde desarrollar sus habilidades"

Cáritas Madrid 19 de Marzo de 2019

Testimonio de Beatriz, voluntaria en Usera-Almendrales de Cáritas Vicaría V

Testimonio de Beatriz, voluntaria en Usera-Almendrales de Cáritas Vicaría V.


Cáritas Madrid. 19 de marzo de 2019.- Cuando me preguntaban ¿por qué soy voluntaria? La verdad es que no sé si sabré explicarme, porque este voluntariado mío, yo no lo vivo como tal, lo vivo como un enamoramiento: con 22 años, fui de visita a una residencia de mayores y para mí fue tan impactante que me enamoré de la labor que allí se hacía, de tal manera que aquí estoy 55 años después.


Para ser voluntaria, hice varios cursos de Animación Sociocultural en la que me enseñaron la cantidad de posibilidades que tenía para poder ayudar a los mayores. He valorado inmensamente los cursos. Con el tiempo muchas de las cosas cambiaban y la única manera de estar al día era ésta ¡Asistir a ellos! Pero eso sí, lo que nunca cambió fue el amor y respeto que poníamos todas en nuestro trato con las personas.


En esta andadura de cambios, una fue la documentación: al principio, el papeleo no estaba tan extendido, pero llegó el día en que tuvimos que acompañar a personas a hacer gestiones. Así tuvimos que aprender direcciones, teléfonos y cómo rellenar uno y mil papeles. Fuimos con ellas a juicios, a médicos y mil cosas más. Otro cambio que nos impactó mucho fue cuando Cáritas nos puso un Trabajador Social en la zona para aconsejarnos y acompañarnos en los casos más difíciles. Fue muy favorecedor para nosotras.


Al crearse la ayuda a domicilio del Ayuntamiento, nosotros fuimos liberando tiempos. No nos resultó fácil ¡estábamos acostumbradas a correr y nos costó echar el freno! pero no por mucho tiempo, ya que, gracias a Dios, la esperanza de vida se alargaba, con lo que comenzaban a detectarse otras nuevas necesidades. Comprobando las estadísticas, en el año 1992, nuestro querido barrio sólo tenía una población de mayores del 8%, a día de hoy hemos alcanzado el 19%.


Y llegó marzo del 2017 y Cáritas nos propuso un nuevo reto: sacar adelante un proyecto nuevo, el “Taller de escucha y diálogo” con el objetivo de evitar la soledad y el aislamiento, y potenciando el aprovechamiento de los espacios de ocio y tiempo libre. Comenzamos con tres mujeres y al terminar el curso éramos 15 ¡Una maravilla! Nos reunimos los lunes y miércoles de 11 h a 13 h. Realizamos clases de informática, manualidades, gimnasia y una salida mensual para conocer los Tesoros de nuestro Madrid. Todo esto aderezado con nuestra alegría e ilusión. Nos ayuda a engrandecer nuestras vidas y compartir con los demás.


En todo este tiempo, mi alma se iba enamorando cada día más de la labor que hacía, a la vez que me iba enriqueciendo y aprendiendo tanto de los mayores que yo aconsejaría a todos, hombres y mujeres, que pasaran una etapa de su vida siendo voluntarios, no sólo de mayores, como ha sido mi caso, sino de cualquier colectivo de personas con necesidades. Hay tal diversidad que seguro que cada uno encuentra un sitio donde desarrollar sus habilidades. Estoy convencida de que será una etapa maravillosa en la vida de las personas que se animen.


Ante las nuevas demandas y los nuevos retos, se han propuesto respuestas alternativas, coherentes con los objetivos y principios de CÁRITAS, sin olvidar nunca nuestra misión y el compromiso ético con la sociedad. 

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